El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, ha informado hoy de que estudia asumir la obra a la que se comprometió el Gobierno canario de un nuevo vallado en la carretera vieja de La Aldea (GC-200), donde se produjeron los últimos desprendimientos.

Bravo de Laguna ha expresado este viernes ante los periodistas en una visita en Maspalomas, que es una obra que no corresponde al Cabildo y, si la llevan a cabo, "será para luego exigir al Gobierno de Canarias su compromiso que no ha cumplido".

En este sentido, ha recordado que el Cabildo ya asumió parte de la obra al destinar cuatro millones de euros a instalar una malla metálica en la zona acordada con el Ejecutivo para evitar desprendimientos.

"No podemos aceptar como planteamiento que los fondos regionales que tendrían que venir a Gran Canaria vayan a otras islas y sea el Cabildo la administración que asume todo", ha manifestado.

La prioridad es, no obstante, la seguridad de los aldeanos y es por ello que ante la "gravedad del problema" se reunirán la próxima semana para estudiar el proyecto que supondría una inversión similar a la ya realizada de cuatro millones de euros.

Bravo ha insistido en que el Gobierno de Canarias tiene la obligación de atender a Gran Canaria y aunque haya recortes del Estado "tiene que priorizar".