La noche del pasado domingo fue explosiva en Santa Brígida. Se quemaba la tradicional sardina para culminar los carnavales de este año cuando unos voladores se salieron de la trayectoria prevista e impactaron en varios vecinos que acudían a la fiesta como espectadores. Siete vecinos de la Villa quedaron afectados con heridas leves, por lo que tuvieron que acudir al centro de salud del municipio y ahora han demandado al Ayuntamiento por los daños sufridos.

Los vecinos afectados fueron atendidos por heridas leves, quemaduras artificiales y raspones en el centro sanitario, que estaba justo al lado del lugar donde se produjo el accidente. Algunas de las heridas fueron provocadas por el fuego de los voladores, aunque en otros casos se debieron a las caídas tras la huida en tromba de los espectadores al comprobar que los proyectiles se dirigían hacia ellos.

Después de producirse la desbandada, los heridos fueron atendidos en primer lugar por Protección Civil y la Policía Local y posteriormente por el médico de guardia del centro de salud. Los vecinos afectados presentaron una denuncia en las oficinas de la Policía Local contra el Ayuntamiento de Santa Brígida como responsable civil subsidiario.

Saro Ojeda fue una de las heridas. La pólvora dejó inservibles su pantalón y su chaqueta. "Mi marido estaba grabando el acto cuando de repente vimos un fogonazo de luz. Me giré y un petardo estalló a mi izquierda. Se me quemaron la chaqueta y el pantalón, que quedaron inservibles. Me eché mano a la cintura. Tengo una contractura en la cadera y en las costillas. Me dieron puntos en el costado y el muslo. El dolor y el susto no nos lo quita nadie. La gente salió despavorida y en la carrera vimos volcado un carrito de un niño pequeño".

El concejal de Seguridad y Festejos, Martín Sosa, manifestó ayer que le parecía "lícito" que los vecinos denunciaran "ya que hay un parte de lesiones". Sin embargo, desmiente a los denunciantes sobre la posible ausencia de un plan de seguridad y emergencias, como éstos han insinuado. De hecho, el portavoz de estos vecinos y marido de una herida, Juan Luis Pérez, presentó un escrito en el registro de las casas consistoriales para pedir al Ayuntamiento "ese plan de seguridad que nos tememos que no existía".

Lo mismo hizo ayer la concejal en la oposición Oneida Socorro, que presentó un escrito en el Ayuntamiento y en la jefatura de policía para solicitar documentación del plan de actuación de emergencias "por si todo esto pudiera ser constitutivo de un presunto delito de imprudencia temeraria dado que tengo conocimiento de que no se llevaron a cabo las instrucciones que ponía el plan. Además, la gente estaba a pocos metros y para espectáculos públicos debe haber una distancia de seguridad de al menos 20 metros".

La líder de la oposición y portavoz de Cambio por Sataute, Guadalupe del Río, estaba ayer de viaje fuera de la isla, pero declaró telefónicamente a este diario que su partido pedirá explicaciones a la alcaldesa, Beatriz Santana, "para que nos diga si está todo en regla, si se contaba con los permisos pertinentes y si existía un adecuado plan de seguridad".

"Pues claro que tenemos un plan de seguridad y emergencias, entre otras cosas porque es obligatorio ante cualquier fiesta o evento donde concurra mucha gente. Antes no hacía falta, pero el Gobierno de Canarias lo exige desde 2013, además del seguro de responsabilidad civil. El plan municipal fue elaborado por un técnico especialista en seguridad y emergencias", aclaró Sosa.

El portavoz local socialista, Lucas Tejera, manifestó ayer que su partido va a pedir una investigación del incidente para depurar responsabilidades ya que sospecha que se cometieron negligencias por parte del consistorio. "Queremos saber si había un plan de seguridad o una memoria redactada, si estaba el redactor en el evento y si el Ayuntamiento cumplió el plan", expuso.

Juan Luis Pérez quiere llegar hasta el final. "Estamos investigando si había o no plan de seguridad. De entrada las vallas estaban solo a 8 o 9 metros de la sardina, cuando el concejal asegura que la distancia de seguridad es de 20 metros. Además, había un coche abandonado a siete metros de la sardina, según nos confirmó la Policía Local". Se queja de que el edil Sosa no acudiera la noche del domingo al centro de salud para interesarse por el estado de los afectados. Sin embargo, Martín Sosa asegura que "no me marché de la zona hasta que se fue la última persona afectada. Yo mismo tenía un silbido en los oídos. La labor de Protección Civil y de la policía fue impresionante. A los heridos les recomendamos que fueran al centro de salud, aunque algunos no lo creyeron oportuno porque decían sentirse bien. Los que fueron lo hicieron por su propio pie".

Pérez anunció que todos los afectados presentaron uno a uno denuncia en la Policía Local, por lo que ésta abrirá una investigación. "He pedido que me enseñen el plan de seguridad porque los técnicos no lo han hecho; y si lo había, se ha incumplido", sostiene. Tanto Pérez como Sosa coinciden en que el accidente se produjo por alguna anomalía de las cajas chinas que contenían los voladores. "Las cajas chinas deberían tener un soporte mejor porque se mueven cuando vibran los voladores. Vi cómo la caja redonda venía hacia mí ", resalta el vecino. Asimismo, el concejal satauteño desecha la teoría del viento como causa y señala que "con la vibración de los disparos de los proyectiles se cayó la caja china, con 20 disparos de voladores de clase 3, que son inofensivos".

El Ayuntamiento de Santa Brígida ha abierto diligencias y asegura que la empresa pirotécnica contratada, Piromar, "es legal y dispone de seguro de responsabilidad civil". Por su parte, el portavoz de los afectados dijo que "no es verdad que el Ayuntamiento se haya puesto en contacto con todos los heridos y les haya facilitado el seguro, como comentó el concejal Martín Sosa a Televisión Canaria".