En vísperas de la primavera 2015, que entrará oficialmente en Canarias a las 22.45 de mañana viernes, la Aemet presentaba ayer su resumen de un invierno que se ha saldado con las temperaturas más frías desde el mismo periodo de 1998-1999.

Jesús Agüera, jefe territorial de la Agencia en Canarias, certificaba así, con datos, la acertada percepción generalizada por parte de la población de estar ante uno "de los inviernos más fríos que se recuerdan", con un mes de febrero especialmente fresco con un grado y medio de temperatura inferior a los valores esperados.

Agüera destacaba que con esas cifras era de esperar que en lugares de las medianías y las cumbres la diferencia haya llegado a ser, incluso, de hasta tres grados por debajo de los umbrales normales.

Pero, sin embargo, ha sido un invierno especialmente seco, salvo en el norte de Tenerife, en Anaga, y el norte de Gran Canaria, donde se han superado con creces los registros pluviométricos, como atestiguan los estanques, embalses y presas de ambas comarcas. Pero en su conjunto, febrero llego a ser un 40 por ciento más seco de lo normal, una característica que se ha cebado de manera especial con el sur de Gran Canaria, al contrario que en Lanzarote y Fuerteventura, donde en el último tercio de noviembre caían importantes precipitaciones que, en ocasiones, llegaron a inundar las calles de Arrecife o llenar las maretas del campo majorero.

También destacaba la misma fuente, que presentó el balance acompañado de la Delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, la ausencia de grandes borrascas y fenómenos adversos que suelen incidir en las islas por estos meses. Los avisos amarillos se limitaron a la presencia de los vientos de componente este, que desde el continente africano terminaron con potentes episodios de calima, como se hicieron notar en los días 24 y 31 de diciembre, coincidiendo con la Nochebuena y la Nochevieja. Igual ocurría en los días 1,2,3 y 4 de enero, y después de Reyes, con viento intenso, polvo y frío.

Pero sin duda fue febrero el mes 'gélido' de Canarias, y por dos razones, por la procedencia de aire marítimo polar de largo recorrido que llegaba a las islas; y por su gran persistencia, con semanas de duración que confirmaron a los isleños no haber pasado tanto fresco en tiempo. Marzo rompió la tendencia, para iniciar una primavera que, en principio, se prevé estable.