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La Fedac conmemora sus 25 años

"Ojalá pudiera vivir de la artesanía"

El Cabildo homenajea a los 25 artesanos más veteranos al cumplirse el cuarto de siglo de la Fedac

Un momento de la representación de la obra Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario La Aldea. JUAN CARLOS CASTRO

"Ojalá pudiera vivir de la artesanía. Me gustaría vivir de este oficio, pero eso no es posible si no hay políticas de apoyo", lamentó ayer Mercedes Cuenca Sanabria, alfarera de Santa Brígida, y una de las veinticinco artesanas que fue homenajeada por el Cabildo de Gran Canaria y la Fundación para el Desarrollo de la Etnografía y la Artesanía Canaria (Fedac), con motivo de la celebración del cuarto de siglo de esta fundación. La alfarera confesó que aunque este ha sido su oficio también imparte dar clases a niños minusválidos porque el barro no le reporta los suficientes ingresos como para vivir. Alumna del conocido Panchito Rodríguez Santana, comentó que a pesar de lo que le cuesta vender las piezas que realiza, sigue disfrutando cuando se dedica a esta labor.

También Mercedes Santana Brito, ceramista de Guía, declaró que "con este oficio no saca para mantenerse, pues apenas lo que vende para hacer frente a los materiales que utiliza". Apuntó que de no ser por la pensión de minusválida no podría dedicarse solo a la cerámica, si bien añadió que en los años en los que asistía a las ferias se lo pasaba muy bien porque conocía a mucha gente.

"A la familia hay que alimentarla" sentenció Carlos Sánchez Melián, cuchillero de Guía, y que pese a formar parte de los homenajeados por ser de los artesanos más veteranos, no por edad sino por su inscripción en el registro de la Fedac, señaló que ya no se dedica a esta labor. En su caso, contó que aprendió a los dieciocho años a fabricar el tradicional cuchillo canario, "el de las plataneras", con su suegro, Rafael Torres Osorio, y tras casi veinte años vendiendo en las ferias decidió dejarlo, y en la actualidad trabaja en una empresa de mantenimiento municipal.

Para Olga Suárez Suárez, caladora de Telde, el problema de que sea tan complicado vivir de esta y otras labores es que "la artesanía es cara y hay que pagarla". Explicó que aprendió este arte del hilo y la aguja en el centro de la mujer de Telde. De alumna ha pasado a ser profesora en varios barrios de este municipio, y cuenta entre sus hazañas, que confeccionó un paño de tres metros de largo por quince centímetros de ancho para El Cristo de Telde. Aunque sigue calando, se quejó de que los consumidores no aprecien la laboriosidad de sus creaciones porque "la gente prefiere lo más barato aunque esté hecho por máquinas".

Parecidas quejas lanzó ayer Miguel Santana Alfonso, escobero de Valsequillo. "Se vende muy poco y no y no vale la pena hacer escobas" declaró antes de recibir el homenaje de la Fedac. Aprendió a trabajar la hoja de palmera, pero según dijo ha compatibilizado esta labor con empleos en la construcción. Ahora solo hace escobas cuando el Ayuntamiento de Valsequillo le facilita las hojas de palma.

Junto a estos artesanos, también fueron distinguidos: Rosario Quesada Montesdeoca, caladora de Gáldar; Luis Santana Olivares, pirograbador de Guía; Jennifer Cabrera Guerra, tejedora de Artenara; Augusto Rodríguez Escobar, zapatero de Santa Lucía; Juan Aguiar Díaz, constructor de instrumentos de Gáldar; Rogelio Domínguez López, tallista de piedra de Telde, Josefa Santana Santana, caladora de Las Palmas de Gran Canaria; Amelia Hidalgo Torres, de Telde, que trabaja el macramé; Antonio Ginori Ortega, joyero de Las Palmas de Gran Canaria; Antonia Rivero Naranjo, tejedora de la capital grancanaria; Antonio Cardona Marrero, carpintero fallecido de Firgas, y cuyo diploma recogió su hijo; Blanca Rosa Sosa Martín, caladora de la capital grancanaria; Milagros Ramos Pelayo, caladora de la capital grancanaria; Francisco Medina Morales, constructor de instrumentos ya fallecido, que vivía en la capital grancanaria y cuya distinción recogió su hijo; José Díaz Díaz, miniaturista de Telde; Domingo Díaz Barrios, alfarero de Las Palmas de Gran Canaria; Ángeles Torres Trujillo, tejedora de Guía; Juan Rodríguez Ramírez, ceramista de Ingenio, y Elena Redondo Rodríguez, tejedora de Santa Brígida.

El acto, que tuvo lugar en el Teatro Cuyás, estuvo presidido por el consejero de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo, y presidente de la Fedac, Juan Domínguez, quien pidió a los asistentes dedicar un minuto de silencio a las víctimas del accidente del avión de la compañía Germanwings. Domínguez destacó el trabajo realizado por la Fedac que se creó el 25 de enero de 1990, de la que han formado parte 1.116 artesanos. Tras la entrega de distinciones, tuvo lugar la representación de la obra 'Ciclo del año' a cargo del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea.

También para festejar los 25 años de la Fedac se ha instalado en el parque de San Telmo una carpa que alberga las distintas áreas de trabajo de esta fundación, que recorrerá otros municipios de la Isla a largo de este año.

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