El consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, Melchor Camón, dio ayer por zanjadas sus discrepancias con el presidente de la corporación, José Miguel Bravo de Laguna, después de que éste se negara a devolverle las competencias en el Patronato de Turismo y le acusara de cometer "algún tipo de irregularidad" en un expediente que llevaba su firma y fue frenado por los servicios de Intervención.
Tras insistir en que, a su juicio, no ha cometido ningún error que justifique su cese como viceconsejero ejecutivo del Patronato, Camón explicó que el motivo de su relevo está relacionado con la reclamación administrativa de una trabajadora de su departamento, previa a un pleito judicial, por los complementos salariales correspon- dientes a los trabajos que realiza.
"Se preparó un borrador en el que yo le reconocería esas tareas, pero ese informe se quedó parado porque me fui a la feria de Berlín y quería tener antes un informe de la Secretaría del Cabildo", afirmó el consejero de Turismo, quien precisó que el escrito se quedó en un despacho y alguien, sin su consentimiento, lo tramitó ante Intervención. "Estando en Los Ángeles me enteré del decreto de mi destitución y desde entonces he estado investigando lo que ocurrió; yo entiendo que solo era una propuesta y que al no levantarse el reparo quedó sin efecto", comentó.
Camón dijo que prefiere "dar por zanjado" su cese porque es Bravo de Laguna quien tiene esa potestad y porque "ese asunto ha creado cierta incertidumbre entre los trabajadores del Patronato, lo que les puede descentrar en su trabajo de promoción. El gobierno insular afronta hoy el primer Pleno desde la ruptura de Bravo de Laguna con el PP para concurrir a las elecciones con otra formación política.
