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Entrevista.

Rodrigo Wayland: "El Sureste tendrá la primera planta de biomasa con tuneras de toda Europa"

"Nuestro proyecto pretende recuperar suelo no cultivable y usar el agua depurada de la comarca", apunta el presidente de Elqui Global Energy

Rodrigo Wayland Morales, el presidente de Elqui Global Energy. ANDRÉS CRUZ

¿Cómo nació la idea de crear un nuevo proyecto de energías alternativas?

Todo este proyecto surgió cuando yo hice mi tesis final de carrera en la Universidad de Chile sobre Cómo crear una planta de energía para el procesamiento de hojas de desecho de carmín/cochinilla. Resulta que cuando se procesa el carmín la hoja de la tunera se destruye y queda perforada por el insecto. Esto genera gran cantidad de biomasa. Mi empresa nace como alternativa para aprovechar esa biomasa para producir energía. El primer proyecto se desarrolla en Chile, en el interior del valle de Elqui, en la provincia de Guayadeque. Por eso mi compañía se llama Elqui Global Energy porque fue ahí donde se construyó la primera planta de biomasa con tuneras en el año 2000.

¿Por qué eligió ese lugar para su experimento?

Un productor de cochinilla necesitaba resolver un problema con una gran cantidad de desechos de la hoja de la tunera para lo que no tenía soluciones. Hasta ese momento se había hecho investigaciones en laboratorios, pero no se había puesto en práctica ninguna iniciativa . Yo hice el diseño, conseguí el dinero de los productores, que en ese tiempo era unos 40.000 dólares para financiar la primera planta que se construía. Funcionó bien y se ha estado desarrollando. Esa energía se usaba después para el secado de la cochinilla.

Hubo un tiempo en que se producía bastante cochinilla en Lanzarote.

Sí. El año pasado estuve en esa isla, donde me mostraron la industria de la cochinilla. Vi la planta de biogás que tenían allí.

¿Y después de su buena experiencia en Chile qué pasó?

Estuve mirando otros países como Colombia, Ecuador, Perú, etc., pero me concentré principalmente en el mercado de México, que era el mercado más atractivo por su volumen, por su tamaño. Allí le llaman nopal a las tuneras y hay muchos subproductos de alimentación, hacen mermelada y licores. Además, para México el nopal está en su bandera. Tiene una connotación más relevante para ellos, para su cultura. Desde 2008 estoy trabajando en México. Y, en los dos últimos años, me he estado centrando en Europa, en Sudáfrica y en India. El próximo año igual desarrollaré el proyecto en Grecia, donde ya está plantado el nopal, e Italia, donde iré en octubre. Todos los proyectos producen energía después de un año de su plantación.

¿Y cómo llega al Sureste?

El gerente de la Mancomunidad del Sureste, Rafael Sánchez, me invitó a evaluar un proyecto que ellos tenían intención de hacer desde el año pasado. Se evaluó la propuesta y se vio la alternativa de modo positivo. Esto ha estado evolucionando y ya han conseguido el dinero. En lo público todo es más lento. El privado toma la decisión y sobre la marcha empieza la ejecución de un proyecto. En Sudáfrica un empresario vino a verme a México, vio el proyecto, tomó la decisión y en 20 días empezamos. Lo privado es mucho más rápido que lo público, pero un año es el tiempo que en lo público también se emprende un proyecto como este.

¿En qué consiste el proyecto de la Mancomunidad del Sureste, para lo que ya disponen de 300.000 euros?

Yo estoy aquí para desarrollar y ejecutar el proyecto. Creo que en un año, que es lo que tardará en crecer las tuneras, empezará a generar energía. El proyecto va a contar con doce hectáreas de cultivo. Lo importante es que se trata de recuperación de suelo. Nosotros trabajamos con tierras áridas, que ya no sirven para otro tipo de agricultura. Es el factor más relevante desde el punto de vista agrícola. Además, en Canarias y en el Sureste se utiliza aguas residuales, por lo tanto no se usa agua potable. No se generan desechos, no se genera contaminación. El sólido que se produce es muy bajo, el uno por ciento, y se usa para la fertilización del cultivo. Aquí se recupera todo. No hay olores, porque el nopal no genera ácido sulfúrico, ese tipo de olor a basura a putrefacción.

¿Qué energía puede producir la planta del Sureste?

Entre 260 y 300 kilovatios de potencia instalada las 24 horas del día los 365 días al año. Evidentemente cada proyecto es diferente y hay algunas condiciones como las climáticas que uno no puede controlar.

¿Cuándo empezaría el proyecto?

A eso he venido. Estamos contactando con personas que nos puedan suplir localmente para no tener que traer personal de México o Chile. Estamos definiendo si plantamos nosotros o las tuneras las cultivan productores locales, que sería lo ideal. Si todo marcha bien, dentro de dos meses empezará el cultivo. Hay una máquina que tiene una capacidad de un mega de energía eléctrica, aunque nosotros vamos a ocupar solo 250 kilovatios. Es un primer paso, porque la potencia del aerogenerador es de un mega.

¿Cuánto se tardaría en disponer de energía de las tuneras?

A pleno rendimiento se estaría en un año y medio, aunque dentro de un año ya podríamos estar cortando tuneras. No se empieza con el 100% sino que se va implementando poco a poco. La energía producida será para consumo interno de la Mancomunidad.

¿Este proyecto es el primero que se instala en España?

Sí, pero también es el primer proyecto de biomasa con tuneras que se instala en Europa, porque mi compañía es la única que la construye en el mundo. Además de Chile, México y Sudáfrica donde ya existen, estoy abriendo mercado en Asia, donde puede producirse energía dentro de dos años, aunque ya fui el año pasado a India. Ahora estamos expandiendo el negocio.

¿Tiene buena acogida?

Sí. Lo importante es que produce energía las 24 horas a diferencia de otras energías renovables como la eólica o solar. Es la más económica, no contamina y da empleos locales. Nuestra estrategia de penetración es básicamente usar herramientas locales. Queremos crear un impacto social en el lugar. Eso es lo más relevante. Usar elementos lo más básicos posibles de forma que no tenga que pedir a Alemania que les mande un equipo, porque los va a encontrar localmente. Es un buen negocio. Los tamaños son entre 100 kilovatios y un mega, aunque vamos a trabajar en otras mayores. En lugar de pagar petróleo, en Canarias se gasta 200 millones de euros en petróleo, si una poca parte se hace con tuneras el dinero quedaría en empresas de la isla. Se puede regular dependiendo de las necesidades.

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