Luisa Martínez Lorenzo es científica y tiene un microscopio fabuloso que hace hablar a los microorganismos. Ayer tomó muestras de los mocos de varios alumnos de primaria, sometió la sustancia a examen y de repente aparecen a tamaño humano un virus y una bacteria, que fue cuando Martínez Lorenzo, de la Unidad de Cultura Científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), soltó aquello de "qué interesantes son los mocos de los niños de Gáldar".
La parranda que se formó entre la chiquillería era proporcional a la información que arrojaba aquel rinovirus parlante, visiblemente molesto por haber salido de una napia justo cuando tenía enfilada la laringe para infectarla a gusto: "Pongo a Gáldar por testigo", se juró atrapado en una pegajosa mucosidad tamaño XL, "de que nunca me volverán a sonar".
Algo de lo mismo ocurrió con el experimento precedente. Ahora se trataba de abrir la boca y extraer una muestra de los habitantes de los dientes. Una de dientes limpitos, perteneciente a una pequeña alumna, y la otra de un profesor, Óliver, que en tema de higiene bucal se había dejado ir. De la muestra A salió una bacteria estupenda, muy fina e ilustrada, pero la de Óliver arrojó "un estreptococo muy marrano", e incluso malhablado y algo maleducado. En este punto el alumnado iba entendiendo, no sin su consiguiente asombro, que cada persona no viene sola en su formato, sino que lleva consigo una importante fauna a bordo, compuesta por miles de millones de organismos cuyo saber estar depende mucho de cepillarse los dientes, o lavarse las manos, en una de las clases más prácticas de ciencias que se hayan visto a ese lado del noroeste.
Así ha sido desde marzo de 2012 con decenas de representaciones repartidas en una treintena de pequeñas y medias ciudades de toda España, en un programa con el que el Consejo Superior de Investigaciones intenta, por un lado, dar a conocer qué es y qué es lo hace la comunidad científica -"todo lo que hacemos y todo los que nos rodea es ciencia", sentencia Luisa, y por el otro inculcar los más básicos principios de higiene y cuidado personal en los más enanos, todo ello bajo el título de la obra, ¡Qué trabajo tan curioso!, protagonizada por los actores Sonsoles Cordón, Carlos Godoy, la propia Luisa Martínez, científica o "cientificucha", como ella se clasifica, y con un guión de la microbióloga Marta López, "que por cierto está casada con un canario", según puntualiza Martínez.
Afirma Godoy que sabe por padres de hijos que han acudido a la representación que los pequeños se convierten, tras este viaje al microscopio, en los guardianes de la higiene en la casa, en los guerreros de la bacteria. Y Martínez, que ayer se despidió de sus espectadores de Gáldar piropeándolos por ser "muy animados y curiosos", afirmaba que era de los mejores públicos de los que habían disfrutado desde que comenzó el programa.
Ahora les espera Puerto del Rosario el próximo día 6 mayo a las diez de la mañana en el auditorio insular de Fuerteventura.
