El estudio está centrado en la arquitectura turística. En este tipo de arquitectura aún no se ha aplicado el diseño emocional ya que "es un concepto que sobre todo se ha aplicado en temas de objetos a pequeña escala. A gran escala, como un edificio, aún no se ha aplicado. Nosotros desde la Universidad de Cornell lo que intentamos, con ese concepto de diseño emocional, es que se genere el diseño a través de las emociones de los usuarios. Medimos o analizamos cuáles son las emociones de las personas en un espacio determinado, en este caso sería de la arquitectura turística, y a partir de ahí establecemos algunos criterios de diseño", explica Iván Álvarez.
"Tradicionalmente la arquitectura turística se ha entendido casi como un elemento funcional. En el caso de los hoteles siempre ha habido un lobby, un hall, la piscina y unas distribuciones bastante básicas a nivel de habitaciones. Pero esto respondía a criterios de arquitectura residencial", cuenta Álvarez. Pero lo destacable en el estudio es la aplicación de las emociones en el diseño arquitectónico, destaca el arquitecto, natural de la zona de El Tablero en Maspalomas, "nosotros lo que intentamos ahora es romper con el concepto de distribución funcional y adquirir una nueva idea sobre las emociones. Porque la arquitectura turística, si algo tiene de característico, es que se basa sobre la satisfacción del cliente. Y esta satisfacción al final son emociones, impactos".
Para llegar a esta idea el investigador, apasionado por la arquitectura turística, ha tenido un largo recorrido que comenzó gracias a un proyecto de desarrollo en temas de renovación turística concedido por la Unión Europea. Tras pasar un año por la Universidad de Barcelona y dos años en la Universidad de Cornell, Iván Álvarez cambió su manera de entender la arquitectura turística desde un aspecto funcional inicial hasta el concepto actual, donde lo más importante es el sujeto que observa la arquitectura o el diseño.
La investigación sobre el impacto del diseño en las emociones de los usuarios ya tuvo un primer contacto en un hotel en Nueva Tork. Sin embargo, Iván Álvarez -junto a los otros miembros investigadores del estudio- decidieron incluir al hotel Bohemia Suites & Spa Gran Canaria por algunos de sus elementos de diseño. Fernando Calvo, director del hotel Bohemia, apoya esta idea exponiendo que el Bohemia "es un hotel en el que su concepto está basado en transmitir emociones desde el diseño del edificio hasta los interiores. En las habitaciones se ha querido jugar con el cromatismo y la disposición de los muebles. Se ha querido buscar la posición de la cama de una manera atípica y estratégica; con un ángulo en el que la habitación gire en torno a la cama".
La prueba parte del estudio, realizada en una de las suites del hotel, consistió en la grabación de las expresiones faciales de unas personas a medida que entraban, veían y se movían por la habitación. El siguiente paso que se dará será el análisis de esos datos por el software Face Reader. El software, que tiene un 85% de fiabilidad, medirá las intensidades y las categorías de las emociones y el tiempo de la intensidad de la emoción. "Este software es como una herramienta para la lectura de las emociones. Es una herramienta que lleva a un método para sacar conclusiones" señaló Iván Álvarez.
Los futuros resultados del estudio esclarecerán, según Álvarez, los sentimientos y emociones que experimentan los clientes de un hotel en un espacio con un diseño que busca la satisfacción del cliente. Las conclusiones de la investigación se publicarán en unos meses en revistas científicas y se presentarán en congresos especializados a lo largo del próximo año, comentó Iván Álvarez.
