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Opinión

José Marrero, un cura de Firgas investigador de las aguas de Azuaje

Desde muy joven destacó por su inteligencia innata. Fue un gran orador de palabra fluida

Antiguo hotel de Azuaje. LP / DLP

Con fecha 18 de enero de 2015 LA PROVINCIA publicó un interesante artículo titulado "Orígenes de la tradición universitaria en Gran Canaria. La Universidad Pontificia de Canarias". Su autor, el sacerdote José Miguel Barreto Romano, escribe acertadamente sobre el germen de la Universidad en Gran Canaria y, en lo referente a la Facultad de Teología, aporta la lista de los primeros licenciados en el año 1898, entre los que se encontraba el sacerdote José Marrero Marrero. Al celebrarse el quinto centenario de la creación de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria de Moya (febrero, 2015), la propia parroquia, con la colaboración del Ayuntamiento, edita el libro escrito por el sacerdote Julio Sánchez Rodríguez titulado Quinto centenario de la creación de la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria 1515-2015. En este libro se recoge, entre otras cosas, la Historia de Moya, del magistral José Marrero Marrero. En LA PROVINCIA, Julio Sánchez, con fecha 20 de febrero de 2015, publica un resumen de la biografía de José Marrero así como de su Historia de Moya.

También el periodista José M. Balbuena Castellano recuerda en su artículo de LA PROVINCIA del 8 de febrero de 2015 en un artículo titulado "El Jardín de los eucaliptos gigantes" que Chano Corvo, propietario de uno de los jardines más hermosos que existieron en Moya, era un personaje biográfico de José Marrero.

Siendo el día 20 de marzo, cuando el profesor de Hidrología Médica y director del Instituto de Hidrología y Climatología Médicas de Canarias, Dr. Eduardo Navarro, presenta dentro de las Jornadas del Día Mundial del Agua (22 de marzo), celebradas en el Instituto Museo Canario del Agua (IMCA) de la Villa de Firgas, una conferencia para destacar la faceta menos conocida del magistral Marrero, la de investigador.

No cabe la menor duda de que el magistral Marrero está de moda, por lo que es importante que se sigan difundiendo en nuestros medios de comunicación las diversas facetas que este ilustre canario tenía muy arraigadas y que con destreza y sabiduría desarrolló. Se puede considerar a D. José Marrero como una de las personas que mejor han conocido, a través de la historia y experiencia propia, el barranco de Azuaje, sus aguas minero-medicinales, el Gran Hotel Azuaje y el pequeño balneario que albergaba el manantial de las salutíferas aguas.

Por lo tanto, a este ilustre canario se le puede valorar por la faceta de escritor, ya que son diversas y excelentes sus obras sobre temas variados. También por la faceta de agüista, ya que durante muchos años recibió el tratamiento con las salutíferas aguas de Azuaje. Fue importante como investigador de las aguas de Azuaje, ya que se preocupó de estudiar los escritos de diversos investigadores y médicos europeos, peninsulares y canarios y así publicar interesantes trabajos con la ayuda de la experiencia personal de su estancia en los baños y los conocimientos previamente adquiridos. Como precursor del turismo de interior en Gran Canaria fue decisivo, ya que se adelantó a su tiempo, proponiendo a los organismos competentes la necesidad de crear en el barranco de Azuaje una Estación de Salud y Recreo.

Como firguense siguió de cerca los aconteceres de su pueblo, participando en los diferentes actos a los que se le requería. Como ejemplo de gran resonancia se puede citar el ocurrido el 14 de diciembre de 1904. En dicho día se celebraron en la parroquia de Firgas las honras fúnebres en sufragio del alma del malogrado e inolvidable párroco José Santos y González. La gratitud del pueblo de Firgas hacia su querido párroco fue tal que el pueblo consiguió dar la mayor solemnidad posible al acto. Para edificación y ejemplo de todos, el obispo concedió permiso para que se le hiciera la especial oración fúnebre, pronunciándola el elocuente orador magistral Marrero. El 31 de diciembre de 1904 el Boletín Oficial del Obispado de Canarias, en su página 46, se hizo eco de las honras fúnebres, en Firgas, de su párroco José Santos.

José Marrero nació en el pago de Las Madres de Firgas el 12 de noviembre de 1874 y realizó los estudios de Primaria en el Colegio de Santo Tomás de Las Palmas. A continuación, ingresa en el Seminario Conciliar (1885), donde concluye la Enseñanza Secundaria, estudios de Filosofía, Derecho Canónico y Teología. Se licencia en Teología en 1898 y es en 1902 cuando es ordenado sacerdote. Su primer destino fue la parroquia de Moya (1902-1915) y su segundo puesto la parroquia de Santo Domingo de Vegueta (1915-1918).

En el año 1918 obtiene la Canonjía Magistral de la Santa Iglesia Catedral, lo que unido a su Licenciatura en Teología da lugar a que ocupe la plaza de profesor de la Cátedra de Religión del Instituto General y Técnico. Será conocido, a partir de ahora, como magistral Marrero.

Desarrolló su labor pastoral, docente, literaria e investigadora desde las parroquias a las que fue destinado y desde la Canonjía Magistral, muriendo en Las Palmas de Gran Canaria el 30 de abril de 1942 a la edad de 68 años. Una calle cercana al Hospital Universitario Materno-Infantil de Las Palmas de Gran Canaria lleva el nombre de "Magistral Marrero". También el Ayuntamiento de Moya, orgulloso de este insigne personaje, rotula una de las calles del casco con el nombre de C/ Magistral Marrero.

Desde muy joven destacó por su inteligencia innata. Fue un gran orador de palabra fluida y con gran riqueza de vocabulario, lo que le llevó a escribir como un verdadero maestro y su legado literario se conserva en el Museo Canario. Dentro de su extensa obra destacan los manuscritos: Apuntes para la Historia de la Parroquia de Moya (1913), La obra de Juan Bosco en Las Palmas de Gran Canaria (1925), Panegírico de Juan Bosco (1929), Biografía del P. Juanito (Cura de Moya), Conjunto de Homilías, Curiosidades y boberías,

Biografía de Chano Corvo (1929). De este personaje tan enamorado de su jardín llegó a decir a su muerte, acontecida el 31 de marzo de 1925, lo siguiente: "Murió don Sebastián González Corvo como si hubiese sido el alma de su jardín, han desaparecido con él todas las plantas y flores que eran su delicia y encanto. Hoy, al visitar la finca de Corvo sentimos las hondas tristezas que nos invaden al contemplar las grandes ruinas la tristeza de las bellas cosas muertas".

Ya a finales de la década de 1930 escribe otras interesantes obras como: Árboles genealógicos de las familias canarias (dos tomos). Contribución de Canarias a la grandeza de España en los días del Imperio: elenco de soldados nacidos en Canarias antes de comenzar el diecinueve (1939), etc.

En agosto de 1940 escribe tres interesantes artículos que son publicados en el periódico Falange y titulados "Desde Moya", "Desde Moya I" y "Desde Moya II". En ellos, habla del pueblo de Moya y de su parroquia, conocida desde 1515, de su deteriorada iglesia y del amor de los moyanos por la Virgen de la Candelaria. De la visita del señor Obispo a la villa o de la necesidad del pueblo católico de Moya a tener una nueva iglesia. La gran curiosidad que José Marrero sentía por todo lo que le rodeaba dio lugar a que fuese un excelente investigador de diversas materias. Entre ellas, todas las relacionadas con el barranco de Azuaje (flora, fauna, manantiales, etc.), así como todas las cuestiones referentes a la historia y entresijos del Gran Hotel Azuaje y del Balneario de Azuaje, situado frente al hotel, con su manantial de aguas minero-medicinales.

La primera obra de investigación del magistral Marrero fue El Libro de Moya (inédito), escrito en 1913 y publicado en 1926 por entregas en El Defensor de Canarias. Siendo el volumen 2 titulado Croniquillas Históricas sobre Azuaje y La Montaña de Doramas.

Es importante comentar que la rigurosidad del tratamiento de los escritos que llegaban al periódico El Defensor de Canarias dio lugar a que éste se considerara como uno de los órganos de expresión más utilizados por grandes investigadores y médicos canarios como el Dr. Chil y Naranjo, Dr. Domingo J. Navarro, Dr. Juan Padilla, Dr. Luis Millares Cubas, Dr. Luis Navarro Pérez o el mismo magistral Marrero, etc.

En las Croniquillas Históricas José Marrero hace una completa descripción de la flora y fauna del barranco de Azuaje, así como de la belleza del entorno. Estudia el origen del nombre del manantial "El Pastor". Habla, en profundidad, de José Cruz, importante personaje que fue gerente del balneario y propietario del hotel. Hace un recorrido sobre los estudios realizados por el Dr. Casares (Universidad de Santiago de Compostela) en 1868, Drs. Mehu y Lasegue (Universidad de París) en 1869 o el Dr. James Thomson Bottomley en 1869 (King's College de Londres). Describe los estudios realizados por la Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas sobre el manantial de Azuaje.

Con fecha 14 de octubre de 1927 el magistral Marrero publica en El Defensor de Canarias un amplio artículo titulado "En Azuaje. Riquezas sin explotar". En dicho artículo habla de la estancia de personajes importantes en el balneario de Azuaje, como el padre Albino, obispo de Tenerife, con el que tuvo el honor de coincidir y al que impresionó el poder curativo de las aguas. Describe el clima benigno de la zona y las características del Gran Hotel Azuaje. Recuerda el papel jugado por la Sociedad Económica de amigos del País (1868-1872) en la construcción de un balneario que pudiese competir con los mejores nacionales y del extranjero. Compara la calidad de las aguas de Azuaje con las de los célebres balnearios de Mondariz, Vellín, Souzas, Vichy, Saint Nectaire, Spa, etc. Describe el dictamen médico encargado sobre las aguas de Azuaje a los prestigiosos doctores: Chil y Naranjo, Domingo J. Navarro, Dr. Juan Padilla, Pedro Suárez, Miguel de Rosa, Manuel González, Luis Navarro y Domingo Déniz.

Al año siguiente, 9 de julio de 1928, D. José Marrero publica en El Defensor de Canarias un interesante artículo titulado "Cosas de Azuaje". En este artículo habla de la flora del barranco de Azuaje, citando los frondosos ejemplares de eucaliptos, describe los exuberantes jardines del Gran Hotel Azuaje, así como la personalidad del dueño, Santiago Gutiérrez Martín, alabando sus cualidades humanas. Critica, con sorpresa, la decisión que ha tomado la autoridad competente para el cierre de los baños, con lo cual gran cantidad de canarios y extranjeros no se pueden beneficiar de sus milagrosas y célebres aguas, conocidas como Fuente Santa. Recuerda que la Económica de Las Palmas quiso construir un balneario y poner, en el mismo, una dirección facultativa. Dice que: en esta isla donde tanto abundan los artríticos, los reumáticos y sus similares, formamos legión los pobres que, teniendo necesidad de tratarnos con esas aguas, carecemos de recursos para ir a otros balnearios, nacionales o extranjeros, donde hay aguas semejantes a éstas.

Solicita que el Gobierno de su Majestad, evite el cierre del balneario y se potencie la creación de un nuevo Establecimiento Balneográfico que cumpla con su cometido, atendiendo a las características salutíferas de las aguas de Azuaje y al bien que hace a la gran cantidad de bañistas que acuden a tomar los baños.

Posteriormente, con fecha 12 de julio de 1928, el magistral Marrero publica en El Defensor de Canarias el excelente artículo titulado "Más cosas de Azuaje". En el mismo habla del barranco de Azuaje, de su cielo limpio y azul así como del agua pura de sus fuentes cristalinas. También describe los árboles y flores de la zona, los senderos llenos de quietud y de paz. Insiste sobre la importancia de los Baños de Azuaje y su entorno como elementos de salud para el cuerpo y el alma. Exige de las autoridades competentes que se evite el cierre de los Baños. Como gran soñador dice que "la enfermedad del sueño es contagiosa" y que había soñado que se habían cumplido los deseos de la Sociedad Económica de Amigos del País sobre el potencial del barranco de Azuaje y su balneario. También habla por primera vez sobre la necesidad de que Azuaje sea convertido en una "Estación de Salud y Recreo". Con lo cual se puede considerar al magistral Marrero como uno de los pioneros en insistir sobre la consideración del barranco de Azuaje como "Reserva Natural Especial". Setenta años después, este espacio forma parte del que fue declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios Naturales de Canarias como Parque Natural de Doramas y reclasificado con la aprobación el 16 de noviembre de 1994 de la Ley de Espacios Naturales como Reserva Natural Especial.

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