El restaurante Villa Rosa de Agüimes cumplirá dentro de un mes una década de su creación por Agustín Díaz Bordón, quien lo arrendó hace cinco años a Miguel Medina García. "Desde que tenía 14 años he estado dedicado a la restauración, primero como ayudante, después como encargado y ahora como dueño". Así lo expresó ayer Miguel Medina quien ha trabajado en Hermanos Rogelio de Las Palmas, Casa Luis de Playa del Inglés, Miramar Güiza de playa de Arinaga y Casa Emiliano de Gáldar.
"Dejé el restaurante Miramar Güiza de Arinaga porque allí solo teníamos clientela durante los veranos, pero el resto del año era muy duro y más durante la crisis", señaló este restaurador, que vive en el pueblo Aldea Blanca de San Bartolomé de Tirajana. "Llevo cinco años en el casco de Agüimes y esto es muy diferente, lo contrario que en Arinaga, ya que aquí el verano es un poco más flojo pero el resto del año, desde las fiestas del Rosario en octubre hasta las comuniones y bodas de junio, tenemos muy buena acogida, porque este es un pueblo que vive mucho todo tipo de fiestas".
Villa Rosa, que anteriormente fue una discoteca, es el restaurante más céntrico de Agüimes, situado junto a la iglesia de San Sebastián y la plaza del Rosario con una capacidad para 90 personas. El casco también cuenta con el Señorío de Agüimes en la entrada sur y Alpendre del Arte, de dos años de antigüedad, junto al complejo deportivo.
La especialidad de este negocio es la carne de cabra, las paletillas de cordero, la carne fresca y el cochino negro a la sal. "Hemos participado en las jornadas gastronómicas del municipio, sobre todo en las del caracol y la del cochino negro. La verdad que las diferentes degustaciones han sido una buena plataforma para darnos a conocer y para atraer nuevos clientes a nuestro negocio. A la gente le gusta mucho saborear nuestra carne de cabra y el cochino negro a la sal".
A comer de sus especialidades vienen del norte, de la capital, de Telde y del sur de la isla. "Estamos muy contentos, porque además de las comidas diarias y de fin de semana, nuestro restaurante se ha convertido en un lugar de celebraciones de bodas, bautizos y comuniones de gente canaria e incluso peninsulares", agregó Miguel Medina, quien apuntó que ya tienen comprometido el restaurante para una boda en octubre de una pareja de cántabros.
Pero no solo canarios y peninsulares, sino que Villa Rosa también es un referente para el turismo, especialmente para alemanes, ingleses y escandinavos. "El hecho de que Agüimes cuente con un atrayente casco histórico y con muchas ofertas culturales hace que cada vez hayan más turistas que aprovechen para entrar en nuestros bares y restaurantes", añadió el restaurador.
Sin embargo, Miguel Medina aclara que van "escapando con la crisis económica, porque todavía muchos canarios la siguen sufriendo, aunque los turistas nos están dando un respiro. Todavía estamos arrastrando la cola". Además de él, el negocio cuenta en verano con el camarero Juan Luis Sánchez, la ayudante de cocina Casandra León y el de camarero, Estefanía Viera. El resto del año tienen una plantilla de siete a nueve personas.
Su dueño ya está pensando celebrar unas jornadas gastronómicas con algunas de sus especialidades para celebrar su décimo aniversario, ya que Villa Rosa se creó el 12 de septiembre de 1995 para aprovechar las fiestas de Nuestra Señora del Rosario.
