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Entrevista.

Onalia Bueno: "No creo que haya fórmulas mágicas en esta vida para conseguir la felicidad"

"Después de la muerte de mi hermana aprendí que hay que tirar hacia adelante, pase lo que pase", afirma la alcaldesa de Mogán

La alcaldesa Onalia Bueno, el pasado jueves, a orillas de la playa de Mogán. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Su idea de la felicidad...?

La felicidad se construye en el día a día. Es tan simple como estar bien con uno mismo y con la gente que te rodea. No creo que haya fórmulas mágicas.

¿Algún deseo que le gustaría cumplir este año?

Claro, varios, pero por ejemplo me gustaría seguir disfrutando de mi pareja, con la que llevo 16 años de relación y es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.

¿Sonarán campanas de boda en breve?

No creo [risas]. Pero ganas no faltan.

¿Su mayor temor?

No le tengo miedo a nada en esta vida. Después del fallecimiento de mi hermana aprendí que hay que tirar hacia adelante con fuerza, pase lo que pase. Y que los miedos no conducen a ninguna parte. Bueno... para ser sinceros, creo que sí hay algo que temo realmente en esta vida, que son las cucarachas. Me dan pánico. Soy capaz de salir corriendo de casa si veo alguna por el salón.

¿De qué se arrepiente?

De no haber terminado mis estudios básicos en Mogán. Cuando acabé la EGB mi padre me obligó a realizar el Bachiller en un colegio concertado en Las Palmas, por lo que solo venía a Mogán los fines de semana. Y, evidentemente, el contacto con los amigos de la infancia nunca fue el mismo.

¿Mentiras piadosas?

Nunca miento, porque soy de las que piensan que se coge más rápido a un mentiroso que a un cojo.

Si pudiera convertirse en un animal, ¿por cuál se decantaría?

Así de pronto se me ocurre el delfín porque es un animal libre, que él mismo se marca su propio rumbo y, además, al ser mamífero cuida de su alrededor.

¿Hay muchos tiburones en Mogán?

No, para nada. Solo se trata de empresarios que defienden sus intereses y considero que mi papel pasa por generar, siempre que lo permita la ley, riqueza en el municipio.

¿Bikini o bañador?

Sin duda con bikini, porque es más juvenil y te permite un mayor bronceado.

¿Se anima al toples?

No, no me gusta. Aunque respeto a quien lo haga, claro.

No parece que se ponga a dieta antes del verano...

No, porque por suerte no lo necesito. El estrés me hace bajar de peso con facilidad.

¿La alcaldesa de Mogán a dónde se va vacaciones?

Normalmente suelo ir a Granada, ciudad en la que estudié, o a Sevilla, donde tengo algunos amigos. Aunque últimamente he ido con frecuencia a Fuerteventura. Son lugares en los que realmente desconecto de la vida política.

¿Y con tremenda insolación en Mogán durante todo el año, no le atraen de vez en cuando unas vacaciones en la nieve?

No, nunca. De hecho los dos primeros años de la carrera los hice en Bilbao, pero la panza de burro y la lluvia me deprimen. Así que pedí traslado a Andalucía.

¿Cerveza o vino?

No bebo, de hecho mis amigos siempre me han adjudicado el papel de chófer cuando salimos.

¿Ni un sex on the beach

Si acaso algún tinto de verano.

¿Y la cocina?

No, siempre suelo comer fuera. Sobre todo me gusta la comida de cuchara, por lo que suelo almorzar algún menú del día en algún sitio del pueblo de Mogán o Arguineguín. Para ser honesta, me aburren las labores del hogar e ir de compras. De eso se encarga mi pareja.

A la playa llega sin libros, ¿pero cuál ha sido el último que se leyó?

Rebelión en la granja, de George Orwell. Me encanta el personaje del burro Benjamín, que explica de alguna forma la sociedad en la que vivimos.

¿Qué ídolo recuerda de aquella Onalia Bueno adolescente?

Dylan de la serie Sensación de vivir. Recuerdo forrar mis carpetas de clase con fotos suyas.

¿Quién le inspira?

Mi pareja. Su filosofía de vida me transmite tranquilidad. Creo de alguna manera somos como el yin y el yang.

¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado?

"Que el poder no te cambie". Es un consejo que me dieron los profesores en la universidad y que luego me lo repitió mi padre.

¿Algún vicio confesable?

Dormir, me encanta. Y picotear frutos secos entre horas.

Su mejor virtud, y su peor defecto.

Creo que mi mejor baza es la constancia en el trabajo y, según la gente, creo que debería sonreír más a menudo.

¿Cómo se ve de aquí a cinco años?

La maternidad es una asignatura pendiente que me gustaría experimentar. Me he puesto de tope los 40 y ya tengo 38 años. Además, aspiro a tener a la gente que quiero a mi alrededor y haber puesto en marcha algunos proyectos personales que tengo en mente.

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