"Mi ilusión desde que entré era que Guía fuera reconocida en otros pueblos por sus carrozas y sus fiestas, como ocurre con 'El perro maldito', en Valsequillo; o los fuegos de Agaete". Tanausú Mendoza, de 35 años, lleva el último mes y medio trabajando junto a su compañero Juanjo Caballero para dar forma a sus bocetos en la noche de este miércoles, cuando se celebrará la cabalgata de las Fiestas de la Virgen. El espectáculo teatral lleva por título 'En busca de la novela perfecta', y está ambientada en las aventuras y fantasías literarias del siglo XIX.
Tanausú Mendoza es un escultor con una amplia formación. Ha realizado estudios de efectos especiales para el cine, animador en 3D, y diseño de joyería, entre otras facetas ligadas a las expresiones artísticas. Y desde hace cinco años vuelca todo su conocimiento en los carruajes que desfilan en las fiestas de su pueblo. A su juicio, esta actividad está muy ligada a su profesión, por los diseños y volúmenes.
Cuando se acercan las fiestas comienza a bucear en libros e Internet, para entresacar una serie de bocetos que presenta a los responsables municipales, que deben dar la última palabra. También ilustra los trajes de las personas que acompañan a cada carroza.
Si tiene que destacar alguna particularidad de sus conjuntos sobre los que se realizan en otros municipios, habla de sus preferencias por limitar la presencia de trajes para no ahogar el conjunto. El 50% del protagonismo, apunta, se lo debe llevar la estructura y el resto la parte humana. Lo habitual es que cuente con entre seis y ocho invitados. Pero este año ha apostado por más ocupantes.
Cada uno de los vestidos está muy definido en sus bocetos, facilitando el trabajo de las costureras que rematan el trabajo. "Es un trabajo muy rico, porque soy muy tiquismiquis con los preparativos". Pero también porque los dibujos pueden llamar la atención en otros ámbitos profesionales.
Tanausú admite que es un trabajo con impacto muy efímero. Básicamente, se reduce a la noche de la cabalgata, que tendrá lugar mañana a partir de las diez de la noche por las calles del casco hasta la iglesia. Y, posteriormente, la tarde del sábado con la tradicional batalla de flores, cuando las carrozas empiezan a desgajarse por las bolas de papel. Pero no le importa. Ni que a veces no se aprecien todo el trabajo en pequeños detalles. Para justificarlo hace una comparación con las fallas de Valencia. Si en aquel caso acaban bajo el fuego, en este caso son víctimas del alboroto bélico de los participantes.
Esto no es trabajo sencillo. Destaca. Una semana antes de comenzar a trabajar en su construcción debe seleccionar los materiales. Para ello recurre mucho a elementos básicos, muchos de ellos reciclados, como la madera, el corcho, el papel de periódico y las mallas.
"Estoy muy contento con el resultado y espero que se vea fuera el esfuerzo", señala. Este año habrán cinco carrozas, una menos de lo habitual. La explicación es que prefirió concentrarse un hacer el mejor trabajo, y evitar los habituales agobios de cada año, ya que solo trabajan en su elaboración dos personas, a las que se suman para los remates finales algunos colaboradores. Entre ellos, su padre y exconcejal, Jorge Mendoza. Sin dejar de lado el trabajo de Cultura para el guión del espectáculo teatral ante la iglesia.
La temática de cada una permanece en secreto hasta el día señalado. Pero, como es habitual, una está dedicada especialmente a los niños. Y, junto a las aventuras decimonónicas, surgirá un cantante.
