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Santa Lucía de Tirajana

Cascos azules holandeses se reponen en la Isla tras sus operaciones en Malí

Un contingente de la ONU cura sus 'heridas invisibles' en el karting y Playa del Inglés antes de volver a casa

Cascos azules holandeses se reponen en la Isla tras sus operaciones en Malí

Soldados holandeses de la misión internacional en Malí bajo la bandera de Naciones Unidas curan sus 'heridas invisibles' en Gran Canaria. Un contingente de 65 militares se recuperan del estrés con actividades acuáticas en Playa del Inglés y carreras de karting, mientras mantienen reuniones con sicólogos y médicos especializados que han llegado expresamente de su país para evaluar su estado físico y mental, antes de regresar a su casas después de cuatro meses y medio en el conflicto.

Las fuerzas internacionales occidentales han centralizado en Malí la lucha contra el yihadismo, para frenar el avance de radicales islamistas ligados a Al Qaeda, tras ocupar hace tres años el norte del país. En esta misión para respaldar los procesos políticos en ese país africano, y llevar tareas relacionadas con la seguridad bajo el paraguas de Naciones Unidas, están integrados los holandeses, junto a otras naciones como España.

Uno de estos contingentes de cascos azules pasó esta semana por Gran Canaria en su viaje de regreso a su país. Pero no es una simple estancia técnica para continuar el vuelo de casi 4.000 kilómetros en línea recta que les separa de ambas capitales, sino que tiene una razón de ser más profunda. El grupo desvió su trayectoria para llevar a cabo un proceso de aclimatación física y mental que les facilite su vuelta a casa.

La unidad se hospedó en el hotel Elba Vecindario Aeropuerto, en Santa Lucía de Tirajana, y estaba formado por 65 militares, que fueron recibidos por otro grupo de expertos del Ministerio de Defensa compuesto por 18 personas que llegaron previamente procedentes de Holanda, y cuya misión es evaluar el estado médico, sicológico y profesional tras su estancia de cuatro meses y medio en un país en conflicto armado, y en una condiciones humanitarias muy deprimentes.

Sicológico y médico

El mayor (comandante) Ali Coban señala que uno de sus objetivos es organizarles una serie de actividades de esparcimiento durante la corta estancia de dos días, ya que se marcharon en la mañana de ayer.

El martes salieron de excursión a Playa del Inglés para realizar todo tipo de actividades acuáticas, además de disfrutar de las carreras en karting y de otras animaciones, que debían servirles para dejar atrás los duros momentos de la guerra. El programa, sin embargo, era abierto, ya que cada uno de ellos podía optar para conocer otros lugares o tomar iniciativas distintas de forma particular, según el oficial. El objetivo es olvidar lo peor de su paso por África, y que la integración en su rutina cotidiana en Holanda fuera lo más placentera posible.

Pero, de forma paralela, los especialistas mantienen encuentros con ellos en grupos en los salones del propio hotel para evaluar su estado mental. Y también realizarle revisiones médicas, ya que han permanecido en rincones del tercer mundo con sus particulares riesgos sanitarios.

En resumen, se trata de combatir lo que se ha dado en llamar por algunos expertos como "las heridas invisibles de la guerra", en el que se analizan las posibles secuelas que acumuló el soldado tras las situaciones traumáticas en periodos prolongados de tiempo, a pesar de que muchos de ellos tienen experiencia en este tipo de situaciones, ya que han participado en misiones anteriores como Uganda y Afganistán. En la evaluación cuentan con un sicólogo y un militar con una amplia experiencia en misiones extranjeras.

El mayor Ali Coban admite que el principal problema que suelen padecer los soldados a su vuelta es sicológico, por el impacto propio que genera cualquier guerra, como también el contacto con niños y una población local inmersas en una sociedad descompuesta en múltiples aspevtos. Eso sí, la personalidad de cada uno es diferente, reconoce, por lo que las emociones no siempre brotan con la misma facilidad.

El grupo se movió durante su estancia en Gran Canaria con ropa deportiva, pasando desapercibidos entre los miles de turistas que en estos días disfrutan de su estancia en el Sur de Gran Canaria, salvo por ser un operativo tan numeroso. Ni siquiera en el hotel se les identificaba externamente, salvo ayer en el que ya recuperaron su vestimenta militar con sus macutos para desplazarse al Aeropuerto.

Base logística

Gran Canaria se ha convertido en una escala obligada en este tipo de operaciones de las misiones en África occidental, con habituales escales en Gando, además de la Base Naval.

El grupo procedente de Holanda llegó el lunes para organizar todas las actividades de sus compañeros, teniendo previsto marcharse hoy viernes. Nada es al azar, ya que llega antes y permanece un día más por si surge algún inconveniente en el vuelo de lo soldados llegados de Malí, que les obliga a regresar al hotel.

Ali Coban asegura que estas actividadas previas a su vuela a casa son habituales en algunos ejércitos, como el Reino Unido y Gran Bretaña.

Los soldados han participado en esta misión internacional, aunque han evitado hablar del trabajo concreto que han venido desempeñando por motivos de seguridad.

Además de formar parte de esta Misión de Estabilización de Naciones Unidas, el país europeo sufrió el impacto del secuestro de su paisano Sjaak Rijke por radicales de Al Qaeda en el año 2011, que fue liberado este año.

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