"La primera vez que vine estuve una tarde y me dije que para el año siguiente me pasaba el día. Y este año, me pasaré tres", Alejandro Sánchez, que está arrimado al paredón del muelle viejo con Lia Ateca y Borja Viera, los tres de la capital de la isla, no le da su diccionario de piropos para ensalzar el Bioagaete Cultural Solidario, un festival que, como explica otra incondicional del asunto, Geni Herrera, se ha constituido como un combinado perfecto entre "la fiesta de La Rama y el Womad".
Unas 10.000 personas a la raya del mediodía, y subiendo, según la cuenta de la Policía Local, convertían ayer el Puerto de las Nieves en la capital de la Biosfera de Gran Canaria, con un auténtico despliegue en forma de tres escenarios sobre los que no paraban de actuar, y tampoco lo harán hoy domingo, más de 60 artistas y grupos musicales, todos ellos con cargo a la solidaridad.
La agenda del día era abrumadora, como también lo fue la del jueves y el viernes, con batucadas, bandas de música y pasacalles; talleres de expresiones culturales que incluían folclore, salsa, zumba, expresión artística, reciclaje o gestión de residuos; tres certámenes, de pintura rápida, fotografía y vídeo; una carrera benéfica nocturna de 20 kilómetros hasta Tamadaba, que se celebró el viernes; una cadena de biochiringuitos que lo mismo despachan artesanía que comida, cervezas o bebida étnica, y por último, y no menos relevante, unas playas a rebosar a todo sol en uno de los rincones más coquetas de las islas.
Con este mixturado, la idea inicial del agaetense Antonio Hernández Rastatún que puso en marcha con mucho esfuerzo en 2011 se ha convertido en una de las citas de verano más esperadas del año, en la que colaboran desde el Jardín Botánico Viera y Clavijo hasta empresas como Arqueocanarias, pasando por el apoyo expreso del Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Agaete.
Juan Carlos Lorenzo, del comité organizador de Bioagaete, explicaba ayer que "no es que nos estemos muriendo de éxito, sino de compartir en una cita que combina de manera poliédrica el medio ambiente, la cultura, o el deporte y la solidaridad: una construcción colectiva en el que todos colaboran voluntariamente y altruistamente".
Y funciona, o al menos así lo pesará hasta la tortuga que también el viernes se soltó en la playa de callaos que da a lo que queda del Dedo de Dios, y que hizo una salida al mar con la misma expectación y público que el de una primera etapa de la vuelta al mundo a vela.
Al igual que ocurría con la participación en las visitas arqueológicas guiadas por Valentín Barroso al yacimiento de Las Candelarias o, sin ir más lejos, con las recogidas de tapones para lograr una silla de ruedas. Es poner todos a una en cualquier propuesta y sacarla adelante. Eso sí, con algún disgusto que otro, como el de Pepe Benavente, que se puso malo a última hora. "Borja Viera no se lo podía creer. "En serio, yo vine a ver a Pepe".
