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Agricultura La nueva amenaza del campo grancanario

Una plaga del Caribe salta de las plantas ornamentales a los cultivos

El gorgojo que apareció en Moya hace un año se hace fuerte en un vivero y en cítricos de una finca agrícola

Ejemplares de Diaprepes extraídos de la explotación agrícola, que demuestra que el problema sigue vivo.

Una voraz plaga procedente del Caribe y con ramificaciones en California (Estados Unidos) salta de las plantas ornamentales a los cultivos agrícolas. Las medidas de control contra el Diaprepes abbreviatus (gorgojo de la raíz o la vaquita) tras el primer foco detectado en un jardín público de Moya hace un año han sido inútiles, descontrolándose en estos momentos la situación en una finca en producción, donde ya se ha cortado casi medio millar de cítricos y otras especies, además de un vivero de Las Palmas de Gran Canaria, que pudo ser el origen de este grave problema que era desconocido hasta ahora en Europa, y que sigue abierto al público pese a las recomendaciones iniciales, amenazando a otras zonas de Gran Canaria.

Mientras, expertos acusan a Sanidad Vegetal del Gobierno de Canarias de dar la espalda a un grave problema por oscuros intereses, acrecentado por el desequilibrio en el número de funcionarios contratado en este servicio público en ambas provincias.

El parterre situado frente a la Casa de la Cultura de Moya permanece tapado con una tupida malla antihierbas. En julio del pasado año se detectó en este lugar la plaga de un pequeño gorgojo, desconocido hasta ese momento en el continente. El estudio del bichito desveló que se trataba de una especie cuyo origen se sitúa en la isla de Puerto Rico en el siglo XVII, y que ha logrado expandirse. No en vano, se introdujo en Florida en el año 1964, y ha arrasado muchas producciones de cítricos en Florida, extendiéndose hace una década a California, causando daños millonarios solo en Estados Unidos.

El autoestopista

El insecto llega a medir cerca de dos centímetros y muestra un gran colorido, que esconde un enorme peligro potencial para la vegetación. Entre las características particulares se encuentra que tiene un ciclo biológico de hasta 15 meses, con lo cual puede estar gestándose oculto durante mucho tiempo. Además de su capacidad para desplazarse de un lugar a otros en un peculiar ejercicio de autoestopista, se caracteriza por su característica mordida de sierra en las hojas. Pero sobre todo, que ha ocupado 270 plantas huéspedes, de 59 familias distintas, lo que da idea de su amplio campo de posibles damnificados. Y las hembras pueden llegar a poner hasta 5.000 huevos.

En Moya se ha logrado controlar, después de una dura lucha con venenos y la colocación de una malla en la superficie, que evita entradas y salidas de estos bichos, siguiendo las recomendaciones de personas que han trabajado con el problema en Estados Unidos.

Pero no ocurre lo mismo en dos focos que siguen activos, y que amenazan con propiciar un daño de mayores dimensiones, ante la apatía institucional.

Se sabía que el Ayuntamiento de Moya había llevado a cabo una replantación en marzo. Y las investigaciones iniciales hace un año permitieron focalizar el punto de origen de esta plaga en un vivero situado en el barrio capitalino de Costa Ayala. Se llegó a plantear el cierre para atajar el problema. Pero, pese a las recomendaciones, el centro sigue vendiendo al público. Y, de inmediato, se expandió a una finca en producción próxima, donde el problema se ha acrecentado, hasta convertirse en el centro de las tareas para su erradicación.

De esta forma, la plaga de las plantas ornamentales se ha expandido a los cultivos, como alertaban los especialistas. Se han coartado ya casi 500 cítricos y ya ha mordido aguacateros.

Además, parece ser que existen plantas ornamentales recién plantadas con larvas en Playa del Inglés (San Bartolomé) y la calle León y Castillo, en Las Palmas de Gran Canaria, entre otros lugares. Y se teme que muchas variedades enfermas pueden haber llegado a otros muchos municipios. Pero, además, se teme que haya alcanzado a la flor vascular endémica de Canarias

Después de casi meses, los resultados para su control han sido baldíos, ya que la presencia de este gorgojo se ha multiplicado. Algunos expertos consultados reconocen que la empresa pública, Gestión del Medio Rural de Canarias, contratada por el Gobierno de Canarias, "no ha sabido actuar, y se les ha escapado de la mano el problema, porque actúan a la ligera".

Este periódico ya publicó hace un año de esta amenaza en ciernes del problema, que ahora ha tenido como daño colateral a la finca agrícola. "En estas semanas de mayor calor, la situación se ha desbordado", según las mismas fuentes. De ahí la preocupación del sector agrícola. Incluso, los plataneros han emitido comunicaciones a sus asociados informando de las características de este gorgojo, que puede afectar a su cultivo.

De ser así, se podrían enfrentar a una amenaza de cierre generalizado de fronteras, con el daño incalculable económico, laboral y de imagen que eso supondría. "Es un peligro potencial para nuestros cultivos", llega a señalar su boletín informativo, con una gran foto de los bichos, y sugiriendo que se pongan en contacto con los técnicos en caso de su localización.

La plaga ha dejado al descubierto un enorme desequilibrio en la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, tal y como denuncian distintas personas en torno a esta crisis, y como admite el Cabildo de Gran Canaria. Por un lado, porque se da la casualidad de que el jefe de sección de Las Palmas, que debe ser el responsable del seguimiento de la plaga, reside en Tenerife, ya que ocupó ese puesto, cuando quedó vacante. Además de otros altos cargos que deberían tener sus oficinas en Gran Canaria, pero que están en la vecina isla. Pero, además, por el descomunal desequilibrio que existe en los técnicos encargados de evitar la llegada de plagas en ambas provincias.

Esta es una de las razones que algunos expertos achacan a esta apatía contra el Diaprepes. Pero no la única. A esto se suma que el Gobierno canario ha delegado los trabajos en manos de la empresa pública Gestión del Medio Rural de Canarias, adscrita a Agricultura, y también gestionada desde Tenerife. Hay quien se cuestiona por qué el trabajo se ha alargado meses, sin motivos aparentes. Y lo achaca a que sus ingresos llegan por el tiempo de trabajo, puesto que no hay una encomienda específica por objetivos. Esto ha facilitado la expansión del gorgojo, además de que las medidas que se adoptaron son distintas a las tomadas en Moya.

Se estima que Gestión ha percibido 70.000 euros, pero las medidas han sido ineficaces. Como ejemplo de la apatía de Agricultura, se apunta que hace unos meses organizó un congreso con expertos en cítricos, pero mientras se hablaba sobre el picudo rojo, que ya fue controlado en Canarias, se ocultó la existencia del Diaprepes, pese a que la noticia había saltado a Valencia por su vinculación con estos frutales. Como ejemplo, un reciente boletín de la Generalitat Valenciana incluye una nota informativa sobre el gorgojo, detallando que "en España se detecta en verano de 2014 en la isla de Gran Canaria", su descripción, biología, daños y distintas fotografías sobre el bicho, larvas y muescas típicas.

Puede ser la ruina

Lejos del sentimiento insularista, hay quien habla de que si el Diaprepes hubiera aparecido en Tenerife, ya se hubieran tomado todas las medidas que hubieran sido necesarias, sin escatimar medios técnicos y económicos.

A diferencia de la polilla que atacó a la papa, o al picudo de las palmeras, este insecto se mueve en todo tipo de plantas y cultivos. Y la hembra puede poner 5.000 huevos, lo que da idea de su alta capacidad de reproducción.

"Podría ser la ruina para el campo", han insistido expertos, que exigen medidas contundentes. De momento, la crisis ha dejado cuantiosos daños en la finca agrícola, sin lograr de momento su erradicación.

Y, como curiosidad sobre su alta capacidad de supervivencia, se calcula que, aunque puede volar unos 300 metros, y dispone de unas almohadilla en las patas que le permiten adherirse en cristales y zonas resbaladizas, por lo cual pueden desplazarse en coche. "Hace autoestop", señaló gráficamente un experto cuando surgió el problema en Moya.

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