Los alcaldes de la mancomunidad del norte de Gran Canaria se reunieron ayer en Artenara para participar en la procesión de la Virgen de la Cuevita como acto culminante del Día Grande del municipio y que convoca a numerosas personas de todos los lugares de la Isla .

El alcalde de Tejeda, Francisco Juan Perera; de Moya, Poli Suárez; de Artenara, Roberto García; de La Aldea, Tomás Pérez; de Agaete, Juan Ramón Martín Trujillo, y de Firgas, Manuel Báez participaron, junto a cinco consejeros del Cabildo, en esta procesión de una Virgen que se ha convertido en una de las más queridas en la Isla. El único que no pudo asistir fue el alcalde de San Mateo, Antonio Ortega, porque coincidía con otra festividad importante en su municipio.

El motivo de la asistencia de tantos dirigentes políticos de la Isla es que la Virgen de la Cuevita se ha transformado en algo institucional ya que es también la patrona del folclore de la isla, de los ciclistas, y es una forma de arropar esta manifestación cultural. Resulta curioso ver a políticos de diferentes partidos e ideologías, participar con entusiasmo y camaradería este día.

La jornada de los alcaldes concluyó con un picoteo gastronómico en el Mirador de la Cilla, lugar emblemático del municipio que ha significado toda una oportunidad laboral para algunos jóvenes de la localidad al convertirse en una incipiente Escuela de Hostelería a nivel local. Allí, y ante un imponente paisaje del norte grancanario, los seis alcaldes pudieron debatir sobre sus próximos objetivos y hacerse fotos juntos.

Durante el día de ayer hubo reuniones, festejos, tertulias, diversión y fervor religioso en el pueblo. Ya por la tarde, un homenaje a la patrona, presentado por Yeray Rodríguez, contó con las actuaciones de agrupaciones Los Paperos, La Zarzalera, Antiguos Coros y Danzas de Ingenio, Roca Canaria y Labrante. También actuaron el timplista Derque Martín, el guitarrista Misael Jordán y los verseadores José María Dávila, Expedito Suárez y Yeray Rodríguez. Una representación artística de cada isla.

A esto hay que sumar los recordados conciertos celebrados hace unos días de los amigos de José Antonio Ramos, con los timplistas Germán López, Althay Páez, Beselch Rodríguez y Yone Rodríguez y el cantante José Manuel Ramos,

Ya por la tarde se dio paso a la subida de la Virgen a La Cuevita, con la posterior exhibición de fuegos artificiales y una verbena popular con el grupo Güira Latina. Los artenarenses esperan ansiosos todo el año que llegue el último fin de semana de agosto, para reencontrarse con sus familias y amigos en el pueblo más alto, menos poblado y con más cuevas de Gran Canaria.

La salida de la Virgen desde su santuario hasta el parque Timplista José Antonio Ramos es todo un ritual que tanto los vecinos del municipio como los que llegan de fuera siguen con dedicación y mucha fe. El recorrido sufrió un pequeño cambio con la intención de que pasara cerca del monumento al ciclista, realizado por Manolo González, que se inauguró el pasado 11 de julio. Precisamente, la semana pasada los ciclistas de la Isla le hicieron un homenaje.

Resulta más destacada esta devoción cuando el patrono del pueblo es San Matías. Por este motivo, Ángela Santana, un vecina del municipio que lleva 16 años trabajando en la residencia de geriátrica del pueblo, señala que los cambios con respecto a los años anteriores se han limitado a que la fiesta de la rama se celebró por la tarde y no cuando terminaba la fiesta de la espuma. También reconoce que ve más control ahora en la verbena. "Este año ha habido menos gente, pero tiene que ver porque ha coincidido con otras fiestas como la de Valleseco o Fontanales". Ángela recuerda que todo el mundo allí es muy devota, ya que también es la patrona de los excombatientes. "Aquí todo se anima en el veranito, el resto del año es más tranquilo. La fiesta está siendo estupenda y para ser un concejal nuevo lo han hecho muy bien".

Antonio Medina, antiguo concejal de Fiestas, reconocía estar contento con cómo transcurrió la celebración de ayer. "Todo lo que es bueno para Artenara está bien. No hay que mirar color político, sino que la fiesta es de todos y todos tenemos que arrimar el hombro". Medina añade que, en principio, se ha seguido la hoja de ruta de lo que se venía haciendo. "La rama la han cambiado a por la tarde, y no sé si es mejor o pero, es una cuestión de gusto. Pero la fiesta es de todo", dijo.

Durante la bajada, el grupo Aires de la Aldea, integrado por músicos muy jóvenes, tocó piezas como Fervor, Legalia, Divina gracias, San Bartolomé y Caridad del Guadalquivir. Una orquesta de 40 integrantes que participaron este año por vez primera y cuya edad oscila entre los 14 y los 40 años.

El escultor Manolo González, que hizo el pregón de las fiestas este año, señala que esta celebración tiene un recorrido cada vez mayor ya que es una invitación a participar y a convivir. "La evolución ha sido la misma que se ha dado en todos los pueblos. Yo también he evolucionado. Pero últimamente retorna a la forma familiar", dijo. La tarde acabaría en el Mirador de La Cilla, con una amplia muestra de la costumbres gastronómicas de los habitantes de la comarca.