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Santa María de Guía

La familia de la beata sor Lorenza pretende traer sus restos a Santa Ana

La religiosa está enterrada en una capilla de Madrid junto a su compañera también fusilada

Imagen de la beata.

La familia de la primera beata de Canarias, sor Lorenza Díaz Bolaños (Guía 1896; Madrid-1936), da los primeros pasos para el traslado de los restos mortales que se encuentran depositados en la capilla de los mártires de la Casa Provincial de San Vicente de Paúl de Madrid desde 2003, hasta la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria. Gonzalo Díaz, el sobrino de la religiosa de La Caridad que fue asesinada en la Guerra Civil, justifica la petición porque simboliza a la primera mujer isleña que subió a los Altares, sin dejar de lado su condición de Hija Predilecta de su municipio natal.

El 13 de octubre de 2013 fueron beatificados en Tarragona 522 mártires de la Guerra Civil española. En la lista aparecía una religiosa de las Hijas de la Caridad nacida en una modesta cueva de las Medianías de Guía, que había dedicado su vida a cuidar a enfermos.

Sor Lorenza había desparecido el 22 de noviembre de 1936, y fue fusilada seis días después cerca de La Almudena, en Madrid. En 1940 apareció su ficha, y en su foto aparece con un tiro en la frente y otro en la mejilla izquierda.

Sus restos fueron trasladados en 2003 a una pequeña capilla ubicada en el lateral de la iglesia de los mártires de la Casa Provincial de San Vicente de Paúl, en la calle José Abascal de la capital.

La enfermera cuenta con el reconocimiento de ser la primera beata de Canarias. Pero su familia aspira a que pueda ser venerada en su tierra natal. Por este motivo, ha mantenido ya contactos con las autoridades religiosas y con algunas civiles para conseguir repatriar sus restos.

El cuerpo se encuentra en una fosa junto a su compañera, también mártir de Las Vistillas de Madrid, Josefa Gironés (Navarra, 1907). Una placa, según su sobrina, recuerda su presencia en este lugar y su relevancia social.

Gonzalo Díaz asegura que ha mantenido contacto con distintas autoridades de la Diócesis de Canarias, que han visto con agrado que sus huesos fueran depositados en la Catedral de Santa Ana. Sin embargo, reconoce que debe contar con el respaldo del Cabildo de Gran Canaria. Lo intentó en el final del mandato pasado, pero no logró reunirse con el presidente, José Manuel Bravo de Laguna. Pero no pierde el empeño.

No hay impedimento legal, sobre todo porque lo solicita su familia. Pero, el sobrino reconoce la dificultad para que las Hermanas de la Caridad, la congregación a la que pertenecía, acepte la solicitud. Por eso cree que se podría mantener en Madrid algún resto testimonial, para que también puedan seguir venerando su figura. "Lo que no quiero es politizar el tema", insiste una y otra vez. Pero sí cree que Canarias debe luchar por la posibilidad de que una de sus mujeres más representativas pueda ser expuesta en la Isla. Y recuerda que ella era enfermera quirófano, en una época en la que la mujer estaba muy recluida en su casa. "Es un símbolo, porque es la primera canaria en los Altares".

Gonzalo Díaz cree que Gran Canaria debe liderar esta petición, ya que es su primera mártir, y una persona de relevancia social. Asegura que cuenta con el respaldo del obispo, Francisco Cases. Pero hace falta la unidad civil y eclesiástica. Y, para ello, añade, sería positivo que tuviera el reconocimiento de la institución insular.

Precisamente, el Ayuntamiento de Guía ya le concedió con el respaldo unánime de los grupos políticos el título de Hija Predilecta, por haber "contribuido a aumentar el prestigio y la gloria de esta ciudad". A su vez, se le puso el nombre a una plaza en el barrio de San Roque, que se hizo efectiva en marzo de 2014, muy cerca del Hospital al que ella solía acudir cada semana a ayudar a los enfermos. Y, entre otros reconocimientos, también lleva su nombre el consultorio Local de Casas de Aguilar, inaugurado el 13 de junio de 2014. Ella era vecina de la zona, ya que nació en el paraje Lomo de las Azucenas, además de que era enfermera de profesión.

La familia cree que el apoyo del Ayuntamiento sería un soporte importante, sobre todo, después de su compromiso para recuperar la casa-cueva en la que se crio la religiosa, que podría convertirse en un centro de interés turístico.

Sor Lorenza se trasladó a Madrid en 1921 para continuar con su formación, coincidiendo con su hermana sor Blasina. En los años previos a la Guerra Civil de 1936 algunos celadores y enfermeros hostigaron a las religiosas. Uno de ellos, cuentan los investigadores, intentó sobrepasarse, pero ella le exigió respeto. Eso irritó al acosador. "Pronto me las pagarás", le espetó.

Con el conflicto bélico, un grupo de milicianos, entre ellos aquel que fue reprendido, se llevó a Lorenza y a Josefa Gironés. Ambas fueron fusiladas a los seis días en Las Vistillas, cerca de la Catedral de La Almudena. Sus cuerpos fueron recuperados en 1941, siendo enterradas en la cripta de la compañía en el cementerio de San Isidro, y en 2003 pasó a su actual estancia, donde es homenajeada.

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