La Bajada de la Rama en La Aldea tuvo el particular encanto de siempre, fruto de la hospitalidad de sus gentes y su preocupación por las vivencias de las tradiciones. Durante los tres kilómetros del recorrido, se tardaron en cubrir aproximadamente unas cinco horas, los participantes disfrutaron a fondo del evento que suele erigirse como lugar de encuentro de los aldeanos y paisanos que viven fuera del municipio.

Como es habitual, desde las primeras horas de la tarde el ajetreo en el pueblo ya era intenso pues es costumbre en este día organizar tenderetes con familiares y amigos, donde no faltan los buenos rones, timples y guitarras. Sobre las cuatro de la tarde, desde todos los rincones del pueblo empezaban a emerger animadas y alegres parrandas, en peregrinación al Almacén de los Picos donde se inicia el esperado festejo.

A las cinco de la tarde, niños, jóvenes y mayores, salían del lugar acompañados de papagüevos, agitando ramas de pino y bailando al son de la música popular, en una desbordante manifestación llena de alegría y colorido. Cuerpos alegremente desenfrenados donde la música ininterrumpida de las bandas Agaete y Sabrosa Banda de La Aldea que propiciaban un continuado baile a pesar de las altas temperaturas que había ayer en La Aldea. No faltaron al evento los incondicionales de siempre, incluidos forasteros de Agaete, Gáldar, Tejeda, Artenara y Mogán que cada año se suman a esta desbordante manifestación popular, a pesar de caer el evento en día laborable.

Después de unas cinco horas de frenético rito festivo, sobre las diez de la noche, la comitiva llegaba al Almacén de la Casa Nueva, en las inmediaciones del Barranquillo Hondo, donde tradicionalmente finaliza el jolgorio y la gente se retira a sus casas. ¿Piensa usted lector que a descansar? Se equivoca, a pegarse una buena ducha y una suculenta cena, incluido un buen caldo de gallina, para regresar sobre las doce de la noche a la Avenida San Nicolás, epicentro de los festejos, para disfrutar con la exhibición de fuegos artificiales, la verbena amenizada por la orquesta Güira Latina y la música de los chiringuitos.

La feria de ganado en La Aldea es otro de los actos tradicionales de los festejos patronales del municipio . Participaron un total de 300 animales, repartiéndose un total de 4.000 euros entre premios y presentación.