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Santa Lucía

"Hui de Malí para salvar mi vida"

El africano Buba ha solicitado el asilo en España por encontrarse amenazado y por la guerra civil

El maliense Buba, de espalda, charla con el coordinador del centro de refugiados de Vecindario, Gonzalo Andrades. Y. SOCORRO

"Todavía tengo miedo pese a llevar ocho meses en Canarias porque me siento amenazado y mi país sigue en guerra". Así lo expresa Buba, un joven de 19 años que salió hace casi tres de Mali, que está a punto de dejar el Centro de Refugiados de Santa Lucía al cumplirse el plazo de su estancia permitida. Buba, que es el mayor de cinco hermanos, vivía en Djoliba, indica que salió de su país "para salvar su vida porque estaba amenazado. Busco empleo y no vengo a robar el trabajo de nadie".

Este joven llegó a Lanzarote en una patera con otros 40 africanos procedente de la costa de Marruecos. "La guerra civil y las amenazas me obligaron a salir de mi país a finales de 2012, donde estudiaba y era jugador de un equipo de fútbol FC Badema". Entre las amenazas que sufría se encontraba con el uso de magia negra por sus perseguidores.

La huida a pie y en coche le llevó primero a Guinea donde conoció un nigeriano que le ayudó hasta llegar a Marruecos donde estuvo trabajando de peón de albañil para reunir dinero y salir en una patera. "He vivido momentos fatales, pero gracias al apoyo y a la solidaridad de mucha gente he podido llegar a Canarias. Tuve que pagar 400 euros para poderme embarcar en una patera", precisa.

Para el refugiado de Mali "el viaje de la costa marroquí a las islas fue una travesía difícil, porque se filtraba agua". Tras llegar a Lanzarote fue trasladado al centro de retención de Barranco Seco y posteriormente al centro de refugiados de Vecindario, donde empezó el proceso de solicitud de asilo. Durante este tiempo ha estado formándose, perfeccionando el inglés y el español, y haciendo un curso de cocina en una escuela de Hostelería de Las Canteras.

"Extraño mucho a mi familia con la que tengo contacto telefónico. Mi deseo es volver desde que se normalice la situación en Mali. Mientras espero trabajar, porque regresar ahora es peligroso", señala. Buba sigue la situación de Mali por Internet y prevé irse a un piso de la capital con compatriotas.

Este solicitante de asilo, cuya aceptación puede tardar un año más, pide a "Europa que nos ayude, porque estamos en guerra y allí no se puede vivir con tranquilidad. Necesitamos a los europeos como los que en estos días están huyendo de la guerra de Siria, Irak y Afganistán". "No estamos aquí porque nos guste, sino para salvar nuestra vida. Estaría encantado de que la gente venga aquí, porque tanto el centro de refugiados como los canarios que conozco son gente solidaria".

Por su parte el coordinador del Centro de Refugiados de Vecindario, Gonzaló Andrades, valoró "mucho el esfuerzo que está haciendo Buba por formarse y por buscar un empleo. Una vez terminado el plazo de estar en el centro, nadie se ha ido a la calle todavía, porque logran integrarse".

En estos momentos en el centro de Santa Lucía hay 19 personas de Ucrania, Esri-Lanka, Cuba, Venezuela, Irán, Malí, Costa de Marfil, Gambia y Guinea.

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