Es el cráneo incompleto de una persona mayor. La aparición de huesos humanos en la tarde del miércoles en El Doctoral, en el municipio grancanario de Santa Lucía, abrió ayer durante muchas horas la posibilidad de que pudiera tratarse del pequeño Yeremi Vargas, que desapareció hace ocho años y medio en la zona de Los Llanos, a poco más de cinco kilómetros y a ocho minutos en coche del lugar. Pero, la primera evaluación forense descarta esta posibilidad, abriendo ahora el interrogante de a quién puede corresponder esos huesos hallados en la superficie de un descampado, y junto a una bolsa con ropa. La familia recibió con un suspiro de alivio la noticia, confiando todavía en que permanezca vivo.

El lugar había sido inspeccionado en ocasiones precedentes durante las campañas de búsqueda a pie de Yeremi. Pero nunca se halló nada en la zona, situada junto a unos cuartos de una finca agrícola. Según reconoce la Guardia Civil, fue un vecino que andaba por la zona quien dio la primera voz de alerta sobre las siete de la tarde del miércoles. No sería hasta la mañana siguiente cuando los investigadores rastrearon el descampado. Del lugar salió un pequeño cráneo incompleto y una bolsa amarrada, que contenía distinta ropa en su interior.

La Policía Judicial de la Guardia Civil revisó la zona, sacando varias bolsas del lugar, tras remover con un pequeño rastrillo la superficie de la tierra. El lugar había quedado acordonado y custodiado por los agentes en busca de pistas, para evitar que pudiera ser modificado el escenario. Incluso, después de la marcha de los investigadores.

La proximidad del lugar en el que desapareció el niño hizo abrir una puerta a la posibilidad de que existiera una conexión entre ambos casos. El solar está a 5,2 kilómetros del domicilio familiar y a unos ocho minutos en coche.

El abuelo de Yeremi Vargas, José Suárez, apuntaba que antes de las ocho de la mañana ya había recibido la visita de la Guardia Civil para comunicarle a la familia la novedad.

El padre del niño, Juan Francisco Vargas, también visitó el lugar a primera hora, mostrando en todo momento su cautela. Una postura compartida por el abuelo, después de los distintos precedentes que acabaron sin resultados positivos. Y más al saber que en la bolsa se encontraba ropa que no coincidía con la que llevaba su nieto cuando desapareció el 10 de marzo de 2007.

El pequeño llevaba ese día un ropa color tierra, y la extraída ayer tenía una tonalidad amarillenta y blanca, según el abuelo, que todavía recuerda que era una vestimenta que no le gustaba.

Además, esa zona ya había sido rastreada en su momento, por lo cual en todo momento trató de mantenerse sereno, aunque los nervios eran muchos en sus familiares directos.

La abuela materna, Mima Santana, se mantenía a base de tila, aunque atenta a las últimas novedades sobre el caso, que volvió a alterar al domicilio familiar.

A mediodía, en la casa llegaba las primeras noticias de que los huesos no correspondían. "¡Qué bien!" José Suárez no podía contener su satisfacción en ese momento ante la vivienda, con un suspiro de alivio y palabras de satisfacción.

El hombre, ya jubilado, mantiene la plena confianza en que Yeremi Vargas continué vivo en algún lugar, a pesar del tiempo transcurrido.

Un primer análisis forense descartaba ya desde mediodía que existiera una conexión entre ambos casos, pese a que era un pequeño cráneo, que se pensó en que podía ser una persona de entre cinco y diez años.

Pero, a su vez, abre ahora una incógnita añadida sobre a quién puede corresponder los restos óseos. Se baraja que pueda tratarse de una persona mayor, a pesar de sus pequeñas dimensiones. Y también, surge la duda de qué hacía en este lugar, que está situado en las inmediaciones del centro de salud y del cementerio.

El cráneo, que estaba incompleto, se encontraba junto a un árbol en un descampado situado junto a una finca agrícola, en el que se han construido varios cuartos. Y en su entorno había todo tipo de maleza y ramas de árboles. La noticia había corrido durante toda la mañana como un reguero, haciéndose eco los medios nacionales. Y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, llegó a manifestar por la mañana su prudencia ante el hallazgo, aunque dejó abierta la posibilidad de que se tratara del niño.

Yeremi Vargas nació el 18 de julio de 1999 y desapareció el 10 de marzo de 2007. En los momentos previos jugaba con uno de sus primos en un solar junto a la casa de sus abuelos maternos en el barrio de Los Llanos de Santa Lucía.

La familia sigue confiando en que la labor de la Guardia Civil dé algún día sus frutos. Desde el primer momento vecinos, familiares, Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Judicial, bomberos, militares y muchas personas anónimas emprendieron su búsqueda por todos los rincones y pozos de la comarca del Sureste y de la Isla sin éxito. En esta búsqueda se incluyó la zona en la que ayer se hallaron esos restos humanos.

La Unidad Central Operativa (UCO) sigue coordinando la investigación desde Madrid y Vecindario. Precisamente, ayer llegaron algunos de sus integrantes, que visitan periódicamente la Isla.

Después de una larga jornada en la que las ilusiones, deseos y expectativas se crearon y se desvanecieron en relación a si los restos óseos eran o no de Yeremi, los agentes de Criminalística finalizaron pasadas las seis de la tarde de el trabajo de inspección en el lugar donde fue el hallazgo. Los funcionarios comenzaron a quitar el precintado y los conos.

"Vaya, fíjate, ese parece de la mandíbula de una cabra", comentó una de las dos mujeres que se acercaron a donde fue descubierto el cráneo abierto, junto a restos cerebrales y animales, y ropa. Eran dos vecinas del abuelo del menor desaparecido, que con mucho interés y preocupación siguieron con detenimiento los movimientos de los guardias civiles, como también, lógicamente, habían hecho los familiares del niño. "Es increíble todo lo que ha pasado. Qué habrán hecho con esos restos", comentó la otra mujer.

"Al final, todo esto terminó", manifestó otro vecino, que miraba lo que hacían los cámaras de televisión y los fotógrafos de prensa, que ya estaban en el mismo sitio donde un vecino que paseaba por la zona hizo el descubrimiento.

Los miembros del instituto armado no tienen previsto continuar hoy viernes con el trabajo de campo, sino sacar conclusiones de lo hecho y esclarecer las nuevas incógnitas, cómo quién es la persona fallecida y qué ocurrió ahí.