El gorgojo fue descubierto en un jardín público de unos 56 metros de longitud, y casi metro y medio de ancho, frente a la Casa de la Cultura de Moya en el verano de 2014. Las medidas adoptados por los expertos dieron sus resultados. Si bien este bicho, que ha causado graves estragos en plantaciones de cítricos en California, tiene un largo periodo de incubación, se logró frenar su expansión en la zona y los plásticos han impedido que salgan al exterior y, por tanto, su propagación posterior.

El problema, en cambio, surge en los otros dos focos latentes, localizados en Costa Ayala, donde fue inútil la intervención de la mano de la empresa pública Gestión del Medio Rural. "Se les fue de la mano", llegó a reconocer un especialista hace un mes, mientras comenzaba a generar inquietud la situación entre los plataneros. No en vano, tras un año de intervención se ha talado cerca de medio millar de cítrico y aguacateros en una finca platanera, sin que las medidas fueran eficaces, ya que los gorgojos seguían brotando a la superficie entre mallas rotas.

Esta realidad generó una enorme inquietud hace casi un mes en el Cabildo de Gran Canaria, que exigió responsabilidades al Gobierno de Canarias. Esto llevó a una visita a la finca afectada del consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, con su homólogo grancanario, Miguel Hidalgo, además de otras posteriores con distintos responsables.

"La situación ha cambiado", defiende ahora el consejero insular.

Un informe que acaban de concluir los técnicos de la Granja del Cabildo señala que la situación en las últimas semanas ha dado un cambio sustancial. Hidalgo constata que el Diaprepes casi ha desaparecido en superficie, a la vez que permanece inmovilizada la partida de cítricos del vivero, que pudo haber sido el lugar de origen de esta plaga. Sin embargo, aclara que esto dista mucho de significar que esté controlada este gorgojo, que vive y come en las hojas y duerme en la tierra. Por eso se sigue inyectando productos químicos cada pocos días para evitar su propagación, además de multiplicarse el personal en la zona, según el consejero insular.

Las miradas, en cambio, siguen estando bajo tierra, donde la hembra puede llegar a depositar 50.000 huevos y se mantiene como una larva entre ocho meses, y año y medio, con una vida adulta de cuatro a cinco meses. En principio, su prioridad son los cítricos, aunque se sabe que ha hecho estragos en otro tipo de cultivos en otros lugares, ya que come todo tipo de vegetación.

Riesgos

El Cabildo asegura que mantendrá su vigilancia, pero cree que los nuevos dirigentes políticos han sido sensibles con el riesgo que podría causar su propagación. "Se ha actuado con una mayor contundencia", señala Miguel Hidalgo. En este sentido, señala que también se están vigilando las plantaciones que salgan del vivero que puedan susceptibles de acoger a este gorgojo, para evitar que pueda generar nuevos nidos.

El consejero destaca que sus técnicos seguirán vigilando los trabajos en ambos focos, para comprobar que se siguen actuando con el rigor que exige este tipo de plagas, que es mucho más dañina que otras anteriores, como el picudo de las palmeras o la polilla de la papa, ya que no se centra en un tipo de árbol, sino que se adapta a otros. Sin embargo, su riesgo sigue siendo su capacidad de movilidad, ya que 'saltó' del vivero a esta finca de Costa Ayala, con otras plantaciones por medio.

La plaga llegó en su primer foco a Moya tras un replantación que se había realizado unos meses antes a que fuera detectado. Y, con posterioridad, se descubrió en la capital. También se han realizado inspecciones en otros lugares, aunque no se ha observado su presencia.