Cientos de personas disfrutaron ayer por la tarde del 40 Aniversario de la Traía del Gofio y el Agua, dentro de las Fiestas Patronales en Honor a Nuestra Señora del Rosario. La comitiva de más de un centenar de personas ataviadas de trajes típicos, con los dos carros del gofio y agua, inició la bajada a las 18.30 horas desde los molinos de Lolita y Ananías. La marcha y la guerrilla de gofio estuvieron acompañados por parrandas y al ritmo de las chácaras y los tambores.

Muchos agüimenses y jóvenes del resto de la Isla participaron en este evento unos ataviados con la vestimenta tradicional del gofio: pantalón negro o gris, falda negra, camisa blanca, pañuelo negro, delantal, chaleco negro o gris y cachorro, y otros, la mayoría jóvenes con simples pantalones vaqueros y camisetas blancas. Todos los asistentes, desde los más pequeños hasta los mayores, y la misma carretera quedaron completamente empolvados de gofio.

"Yo siempre ha venido vestido con ropa para la ocasión desde que era joven. La traía del gofio y del agua nos recuerda la vida de nuestros antepasados", expresa Francisco Macías Ortega, uno de los asiduos de la fiesta que está a punto de jubilarse y que llevaba el burro junto a María López Cazorla.

"Soy de Cruce de Arinaga, pero siempre me ha gustado esta fiesta. Recuerdo cómo iba con mi hijo a la pela detrás de los carros, sobre todo, cuando el burro lo guiaba Antonio Tarajano". Para Francisco Macías, más conocido por Paco, la fiesta ha evolucionado mucho. Al principio era más de gente del pueblo, organizada por gente joven cuando finalizó la dictadura. "Daba gusto participar en ella porque veníamos ataviados de típicos y era menos masiva. Era una fiesta tranquila", agrega Macías.

Después la traía del agua fue haciéndose más masiva y más insegura. "La carretera es estrecha y sin luz y con la asistencia de tanta gente daba un poco miedo, porque la hacíamos de noche. A pesar de que la salida estaba fijada a las siete de la tarde, siempre salíamos a las nueve de la noche ", recuerda Paco Macías. Llegaron a haber hasta 10.000 personas.

La gente se tiraba tanto gofio que la banda que nos acompañaba decía que solo volvía si iba sobre un camión. "Pero hace cinco años a sugerencia de la Policía Local y la Concejalía de Festejos, dirigida por Estefanía Almeida, decidieron adelantar la traía del gofio", apunta el también coordinador de Festejos, Paco Macías. Al final se ha adelantado a las 18.00 horas y el recorrido hasta el pueblo se hace de día. Ayer, pese al retraso de media hora, se llegó a La Tablilla sobre las 20.00 horas.

Al llegar la comitiva, a las que se fueron añadiendo cientos de jóvenes, al pie de la Tablilla la comitiva fue recibida por los tradicionales papagüevos y la Banda Isleña que acompañaron la Traía del Gofio y el Agua hasta el casco histórico. El recorrido fue por las calles Camino de La Orilla, Francisco Melián Romero, San Sebastián, laza Nuestra Señora del Rosario, El Progreso, Plaza de San Antón, Las Cuatro Esquinas, Moral y Plaza Nuestra Señora del Rosario.

"Cada vez lo paso más genial, porque ahora hay más tranquilidad, aunque desearía que los que participen vengan ataviados de vestimenta tradicional", comenta Macías. Pero, la diferencia a la llegada al pueblo era mínima, porque todos estaban empolvados de blanco. Si a los 500 kilos de gofio que aportó el Ayuntamiento y transportaban los carros guiados por José Antonio y María López Cazorla, se añaden los sacos y bolsas de gofio que llevaban los participantes, ayer se usaron cerca de 800 kilos de gofio en la cuadragésima traía del gofio.

"Yo no me pierdo ninguna bajada de gofio desde hace 20 años", expresa Juan Francisco Acosta Arias. "Siempre ha venido vestido de traje típico porque mi madre no me dejaba salir si no me la ponía, aunque ahora me parece que le da colorido a la traía del gofio", indica. Juan Francisco participa con su familia y amigos en un asadero al mediodía, antes de acudir a los molinos de gofio de Lolita y Ananías. "Para mí la fiesta del Rosario empieza hoy y estoy encantado, porque conmigo viene mi novia desde hace varios años", indica este agüimense.

"Estoy a favor del adelanto de la fiesta, porque eso nos da más seguridad. Ha sido un acierto el cambio. Y aunque viene menos gente, podemos estar más a gusto", insiste Juan Francisco Acosta. Su novia Laura Caballero González es de la misma opinión: "Con menos gente lo pasamos mejor". Ambos, junto con su sobrina Laura Vega que continúa la tradición, se juntaron con una treintena de amigos para disfrutar más de la bajada.

La misma alegría mostraban las jóvenes procedentes del resto de la Isla y de Tenerife. "Somos estudiantes que nos sumamos a esta fiesta. Algunas no sabíamos que había que venir ataviadas de típicas, pero aquí estamos disfrutando con este guerrilla de gofio y esta música", apunta la teldense Sara Santana, acompañada por Dahelire Hernández y Geovinda Marrero, ambas de Firgas, la uruguaya residente en Vecindario, Valentina Gómez; Laura Pérez y Silvia Álvarez, ambas de Tenerife. "Tanto las que repetimos como las que venimos por primera vez estamos muy a gusto", señala Sara Santana.

También en la carretera se sumó a la comitiva la pareja de italianos Luca Pellegrini y Sonia Colturri. "Hace unos días visitamos este precioso pueblo de Agüimes y nos dijeron que hoy celebraban la fiesta del gofio y del agua y no dudamos en participar", expresa Pellegrini. "Estamos maravillados y encantados de haber venido, porque se respira tradición y mucha alegría".

Buena parte de los asistentes iban con gafas de piscina o de buceo para proteger sus ojos del gofio que se tiraban unos a otros. "Hay muchas personas que no tienen cuidado al hacerlo y tiran gofio a la cara, haciéndoles daño", lamenta Juan Carlos Acosta, a quien le gustaría que se tuviera más cuidado. "Es un juego que no debe dañar a nadie, por eso muchos se protegen con gafas", añade.

La tradicional fiesta de la traída del gofio y agua se ha convertido en la fiesta popular más antigua de la Isla, con cuarenta ediciones a sus espaldas. Francisco Macías destaca que lo importante "es rememorar la tradición de bajar el gofio y el agua de los molinos de Ananías y Lolita, uno de los pocos que todavía existen en Agüimes".

Tal evocación pretende mantener viva la memoria histórica de la villa acerca de una de las costumbres que ayudó a mantener las familias agüimenses. Un grupo de jóvenes de Agüimes al acabar la dictadura quisieron conservar viva esta tradición convirtiéndola en un momento festivo, que se celebraba al finalizar el verano. Con la colaboración del Ayuntamiento, esta tradición se ha mantenido recreándose cada año el último sábado del mes de septiembre.

La traía del gofio y agua constituye una manifestación auténticamente popular que recuerda una de las muchas tradiciones histórico-culturales del pueblo Canario y que, en este caso, hace referencia a una antiquísima tradición de Agüimes. Recrea una antigua y habitual costumbre de la época de la posguerra cuando los agüimenses se desplazaban a las afueras del pueblo, a la zona de los molinos de Ananías y Lolita, para llevar el millo para que fuera tostado y molido.

Una vez obtenido el gofio se transportaba en bestias o con el costal a cuestas, junto con el agua recogida en cacharros de las acequias, fuentes y pilares públicos, con el fin último del necesario uso doméstico. "Este acto festivo se ha convertido a lo largo de los años en uno de los actos más esperados de las fiestas, además de la alegría que contamina por su carácter desenfadado y tradicional, pues con él revivimos, tradición y acervo cultural", destaca el veterano Francisco Macías.

Tras la llegada a la plaza del Rosario fiesta continuó con la música de la Banda Isleña y Línea D'J. A las 22.30 horas comenzó una verbena popular con las orquestas Tamarindos y Carácter Latino. Los organizadores de la fiesta estiman que entre la bajada del gofio y la música y baile de la plaza acudieron al casco histórico más de 5.000 personas.

Para velar por su seguridad la Concejalía de Festejos contó con cerca de un centenar de efectivos de seguridad de la Guardia Civil, Policía Autónoma, Policía Local y Protección Civil de Agüimes.

La fiesta patronal de la Virgen del Rosario cuenta hoy con un nuevo concurso de postres caseros, que se desarrolla en la casa de la cultura del casco. El próximo fin de semana destaca el festival de bailes regionales del viernes dos de octubre, la romería-ofrenda del tres de octubre, donde la carreta ganadora participará en la romería del Pino de 2016; y la feria de ganado del próximo domingo.