Facebook y la venta directa se convierten en su alternativa a las periódicas crisis del campo. El agricultor Claudio Martín Castellano (1986) encontró en las nuevas tecnologías la fórmula ideal para sortear la bajada de precios que sufrió la lechuga antes del verano en las ventas a través del canal tradicional de Mercalaspalmas. Ahora, con su proyecto en la Red Lechubox, corta las hortalizas en las fincas familiares de las medianías de Guía, y en una hora entrega esos pedidos a la carta personalmente en el domicilio de sus clientes.
Lleva una vida casi tan ajetreada como la de un alto ejecutivo. Estudia, cultiva y, además, empaqueta y reparte con un furgón la producción. Claudio Martín viene de una familia de profesionales pegados a la tierra, ya que su abuelo Ignacio también regentó un negocio de venta durante 40 años en el citado centro de distribución mayorista de Jinámar, que continúa activo con su hermano José Alfredo; su tío Leopoldo es presidente de la asociación Hortiflor; y también su padre, José Luis, trabaja la finca. "Recuerdo desde pequeño ir al Merca, y e ir con la carretilla de un lado a otro", señala este emprendedor.
La familia había centrado sus esfuerzos en la venta a través de Mercalaspalmas. Pero, una caída de precios en abril hizo que su mente se agudizara para encontrar una respuesta a estos ocasionales vaivenes. "A veces es mejor pasar un tractor por encima que venderlo a esos precios", afirma con pesar.
Claudio había asistido a un curso de logística, Y gracias a esa formación, surgió su empeño en busca un nuevo canal de comercialización. De esta forma surgía www.lechugadirecta.com y su aparición en Facebook y el uso del whatsapp en el móvil, que le permiten estar en contacto directo con los potenciales compradores, y hasta subir fotos de su clientes recibiendo la caja con los productos. "¿Has probado alguna vez una lechuga fresca, directa de la tierra a tu casa, en cuestión de horas?", se puede leer en su página.
La filosofía es llevar en persona la hortaliza domicilio. Para eso tiene dos días de reparto: los domingos atiende la zona norte y la capital, ya que de esta forma evita el intenso tráfico de la ciudad y las dificultades para aparcar entre semana. Y el miércoles se desplaza al Sureste.
Esa misma mañana lleva a cabo los cortes en sus fincas de Tres Palmas y Los Mondragones, en las medianías de Guía. La consigna del campo al hogar se cumple más que nunca.
De momento, el negocio está en una línea incipiente, puesto que la principal fuente familiar sigue estando en el canal tradicional, aunque resalta que es una opción muy válida para suplir la tradición heredada de su abuelo.
Claudio Martín trabaja con cuatro variedades de lechugas: escarolas, trocadero, lollo rosso y cogollos. Y cada caja lleva cuatro piezas.
No es una enorme distribu-ción, pero viven de ella todo el año. El tío planta 350.000 lechugas de todas las variedades en la zona de Los Mondragones. Y ellos en su finca de Tres Palmas sacan unos 70.000 kilos al año, así como unos 20.000 kilos de millo dulce y coliflor.
Claudio sabe que tiene que estar en constante comunicación en las redes sociales, incluso estando en plena faena en el campo. Y que es fundamental el contacto directo. En estos momentos cuenta con unos 1.200 seguidores en la Red, gracias en gran parte al boca a boca. Y también le sirve para constatar que la mayoría de sus clientes busca un producto especialmente fresco. Aunque el negocio central es la lechuga, también trabaja por épocas el millo, las papas y otras verduras.
Como curiosidad, recuerda que la primera venta se la hizo a un amigo del barrio en el que reside ahora, Piletas, en Las Palmas de Gran Canaria.
Claudio Martín compagina sus tareas agrícolas con los libros, ya que estudia un ciclo superior de telecomunicaciones, semipresencial, que le obliga a acudir a clases los martes y jueves por la noche. Antes hizo múltiples cursos, entre ellos de logística, por lo que sabe lo importante que es responder rápido a las peticiones y actualizar su página web, colgando nuevas fotos sobre su día a día en el campo y el reparto. Hasta ofrece la posibilidad de visitar la finca, para que vean la lechuga en origen. "Intento que interactúen", apunta.
Claudio Martín quiere demostrar que la agricultura no tiene por qué ser una actividad anclada en las viejas técnicas de comercialización. Y también que es solidaria. Este mes se ofrece a recoger tapones solidarios entre sus nuestros clientes, para entregarlos la Asociación Iraitza.
