El centro comercial de Puerto Rico se postula como pionero en su especie. La junta directiva de la comunidad de propietarios ha logrado poner de acuerdo a más de 200 comuneros del edificio que diseñó Manuel Roca en 1976 para emprender una reforma integral de sus instalaciones dentro de año y medio. La iniciativa convierte al enclave en el único establecimiento turístico en la Isla capaz de reinventarse tras 40 años a pleno rendimiento. Los dueños de los locales afrontan un desembolso de cuatro millones y medio de euros.
El proyecto de renovación del centro comercial de Puerto Rico lleva "cocinándose a fuego lento" desde abril de 2014. En primer lugar, la comunidad de propietarios celebró un concurso de ideas en el que cuatro arquitectos presentaron sus propuestas de rehabilitación del enclave. Entre las premisas de aquel esbozo destacó el empleo de materiales nobles, que principalmente solventara el problema de filtraciones del pavimento actual, y la eliminación de la cartelería publicitaria. El arquitecto Francisco Román finalmente será el responsable del diseño que transformará de manera estructural un 65% del establecimiento.
Los 46.000 metros cuadrados que abarca el centro comercial moganero están dividido en cuatro fases. Solo las dos primeras, que aglutina a 135 locales repartidos entre más de 200 propietarios, se someterán a obras de remodelación. El resto deberá esperar su turno. Hace apenas un mes, los comuneros aprobaron "con amplio respaldo" la derrama de tres millones, correspondiente a las obras de la primera fase, así como millón y medio, de la segunda, que costará mejorar la imagen del edificio.
Ahora toca, según el administrador de la comunidad de propietarios, Ubaldo Marrero, recaudar dichos fondos, ya que este tipo de proyectos no se saldan con financiación bancaria sino con las rentas de los pequeños inversores. Sin embargo, esta tarea económica no asusta a Marrero, ya que recuerda que en 2007 los comuneros lograron aportar cerca de un millón de euros en apenas cinco meses para subsanar una deficiencia industrial que pudo haber provocado el cierre del centro. "Es verdad que la situación ha cambiado desde entonces, pero los propietarios han mostrado un compromiso firme por aumentar la calidad de la oferta complementaria que presenta el enclave", desveló Marrero.
El proyecto, que se acoge al Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad de Costa de Mogán, conserva la esencia de "espacio diáfano" que diseñó Roca hace 40 años. Sin embargo, introduce modificaciones sustanciales, como la eliminación de barreras arquitectónicas y toda la cartelería que actualmente "entorpece" la visión global del edificio. En las azoteas del inmueble, además, se prevé unificar el sistema de telecomunicaciones-tanto antenas como extractores de aire acondicionado- de la infraestructura. La instalación de espacios verdes y láminas de agua complementan la lista de elementos de ornato de la propuesta.
Los comuneros prevén que la ejecución de las obras comience durante el primer semestre de 2017 y se prolonguen durante dos años. La dificultad de esta fase radica en que los trabajos se realizaran con el centro comercial en funcionamiento, por lo que las actuaciones de gran envergadura se avanzarán en temporada baja para "molestar lo menos posible a los clientes". Un total de ocho empresas compiten por hacerse con este contrato.
En cuanto a las mejoras públicas colindantes a la infraestructura, la empresa Gesplan propone reducir a un solo carril el tráfico de la calle perpendicular del centro comercial y dotar de mayor protagonismo al peatón. En la parte trasera del edificio, se habilitarán plazas de aparcamiento y un carril bici. La renovación de hoteles, como Casablanca del grupo Servatur, son una muestra del esfuerzo que han emprendido los empresarios de Puerto Rico por mejorar la oferta.
