¿Se han convertido las plagas en el principal problema de la agricultura de Gran Canaria?
Sin duda, los virus y plagas, que están entrando por el Puerto y el Aeropuerto, suponen un problema para la agricultura de la Isla. Pero, siendo un gran problema, no es el más importante.
¿Pero no se puede hacer nada para evitar que entren tantos bicho, que si el picudo de las palmeras, la polilla de la papa, y así otros más?
Claro que si se pone interés es algo que se puede limitar.
¿Y va a reclamar el Cabildo al Gobierno canario y al central que se tomen más en serio esos controles?
Todo el control de puertos y aeropuertos depende de Aduanas y Sanidad Vegetal. Pero sí es cierto que hay una deficiencia importante en los controles que deben hacerse a los productos alimentarios que llegan a la Isla a través del Puerto y el Aeropuerto. Es algo generalizado, pero en Gran Canaria, en concreto, hay muy poco control, por falta de personal y de recursos, tanto en lo que compete al Gobierno canario como al Estado. Esa es una de las cuestiones que se abordarán en el Consejo Insular del Sector Primario, en el que estarán representados todos los colectivos del sector agrícola, ganadero y pesquero de la Isla con la idea de denunciar problemas como la entrada de plagas por el Puerto y exigir que se pongan los recursos.
¿Y cuál es entonces el gran problema de los agricultores?
Fundamentalmente la legislación que no favorece las producciones locales y la distribución del agua, que no está equilibrada. Mientras en las costas no hay problemas porque hay desaladoras y se usan aguas regeneradas, en las zonas altas de la Isla los agricultores tienen dificultades para obtener agua de riego porque se depende mucho de las lluvias.
¿Se están viendo muy apurados con estos calores los agricultores de las zonas altas?
Sí, sobre todo en la parte alta de la zona Sur. En el Norte hubo mejor invierno y hay cierta capacidad de agua en las presas.
¿Ha subido mucho el precio del agua en estos meses?
No es lo que ha subido, sino lo que subirá porque los productores tendrán que demandar más agua de pozos privados, porque las presas de Chira, Soria y La Gambuesa no dan para más. En julio tuvimos una reunión con los agricultores para explicarles que era necesario ajustarse a unos caudales determinados. La semana próxima abordaremos la misma cuestión con los representantes de las cuencas del Sur con el fin de aprovechar la poca agua para un año, lo que supone que cada agricultor tendrá que reducir el consumo y buscar alternativas en el sector privado.
¿Están los agricultores más al límite que nunca?
Estamos muy mal de reservas de agua. En la zona alta del Sur de la Isla la situación pinta mal con la previsión de consumo de un año. Claro que si llueve mucho todo cambia.
¿Se ha vivido este verano la peor sequía de los últimos años?
No. Ha habido otras. Desgraciadamente es algo cíclico. Cada cinco o seis años se producen estas crisis del agua.
¿Es poca todavía el agua que se reutiliza en el campo?
Se emplea mucha agua reutilizada, y esperamos poner de aquí a marzo otros 10.000 metros cúbicos más mejorando el Terciario de Barranco Seco y también con la que se produce en la planta del Sureste.
¿Eso supone que aumentarán los malos olores en Barranco Seco?
Lo de los malos olores se debe a la calidad del agua que viene de los colectores de recogida y al tener mucha sal se producen los malos olores. Eso le compete a Emalsa y no al Consejo Insular de Aguas.
¿Se sigue notando que con la crisis de la construcción el campo recupera zonas de cultivos?
La agricultura sí que está siendo una opción, sobre todo para mucha gente joven, pero tampoco en las cantidades que se piensa. Por eso, se va a crear un banco de tierras en el que se incorporarán fincas del Cabildo, de los ayuntamientos y particulares para que esos suelos se pongan a disposición de organizaciones y particulares que se quieran dedicar a la agricultura. Se está elaborando un registro, y la idea es tenerlo culminado a finales de este año, junto al Plan de Desarrollo Rural.
¿Hay mucha tierra disponible para cultivar en la Isla?
Sí que hay mucha tierra y lo que hacen faltan son iniciativas que regeneren esos suelos, en dos líneas, no solo para recuperar cultivos sino para mejorar el paisaje.
¿Donde tiene esas fincas el Cabildo?
En Telde, en Santa Brígida, San Mateo, parte de la Cumbre. En la mayoría de los casos están abandonadas o a media explotación.
¿Tendrán que pagar alguna cuota al propietario?
Sí, ya se verá, sobre todo en función de si son las fincas públicas o las privadas.
¿Y qué va a pasar con los mercados agrícolas, que cada vez interesan menos al agricultor?
Hay mercados de venta directa que están en marcha y comercializan los productos de la agricultura como es el caso de la Granja Agrícola, del mercado de Vecindario y el de Moya; pero hay que buscar una vía diferente de venta a los agricultores porque resulta muy sacrificado para los productores tener que estar los sábados y domingos intentando vender su producción, tras una semana de faena en el campo.
Lo que resulta duro es que por un kilo de calabaza le paguen 20 céntimos al productor y al consumidor le cueste 1,40 euros.
Efectivamente. Es cierto, si se sigue el recorrido de cualquier producto hasta que llega al mercado es lamentable lo que recibe el agricultor y lo que paga el ciudadano.
¿Se va a poner en marcha la fábrica de piensos de Corralillo?
Sí, esperamos sacar a concurso la contratación muy pronto. La demanda de piensos es superior de lo que podrá atender esta fábrica y por eso se están abriendo nuevas experiencias con plantaciones de forrajes para la ganadería.
¿Y cómo van a conseguir la soberanía alimentaria que el presidente Morales se ha marcado como reto del mandato?
Precisamente el banco de tierras es una apuesta por recuperar zonas de cultivos para la agricultura. También se está apoyando al sector pesquero para se mantenga la captura artesanal para seguir contado con un producto fresco. Además, queda toda la cuestión de la promoción de los productos de la tierra y habrá que seguir apostando por que cada vez se consuma más lo que se cultiva y se pesca en la Isla, y no solo los residentes sino también todos los turistas que nos visitan.
Pero luego queda que los grandes distribuidores compren esos productos y paguen precios razonables.
También vamos a mantener negociaciones y conversaciones con las grandes superficies y con las empresas hoteleras, que son en definitiva los grandes consumidores de los productos del campo, y de esta forma se podrá lograr la soberanía alimentaria.
Respecto a la ganadería, ¿cómo se va a resolver ese divorcio entre las granjas y los residentes de nuevas urbanizaciones?
Al próximo pleno del Cabildo se llevará el Plan Territorial Agropecuario, que facilitará muchísimo la implantación de la ganadería porque establece las zonas en las que se ubicarán las ganaderías. Una de esas zonas es el polígono de Corralillo, donde hay unas 19 empresas ganaderas, algunas relacionadas con las aves, y otras de cabras y vacas, que ya se quieren ubicar.
¿Cree que fue un error la venta de Sialsa por parte del Cabildo, que era la central lechera de la ganadería insular?
Es evidente que fue un error porque los ganaderos siguen pidiendo la existencia de un organismo que recibiera y regulara los precios de la leche.
¿Se sigue vendiendo leche de cabra de Gran Canaria para Tenerife?
Creo que cada día menos porque las queserías demandan cada vez más leche. De hecho, una de las cuestiones que me han planteado los ganaderos es que el Cabildo les ayude a crecer para atender la demanda de leche.
¿Ayudas a la compra de animales que ya no se dan?
Bueno, se han reducido las ayudas a la compra de ganado.
¿Hay muchas peticiones de ganaderos en este sentido?
Sí, bastantes. Puede ser un sector que crezca, siempre que se le faciliten las condiciones de implantación para crecer.
Y respecto a la pesca, aunque al Cabildo no le compete regular el tamaño de las nasas, ¿cómo se va a ayudar a este sector?
Parece que las noticias que reciben los pescadores desde Madrid es que se les va a permitir el tamaño y el número de nasas que venían reivindicando. Lo que va a seguir haciendo el Cabildo es apoyar a las cofradías y las cooperativas, ayudándoles a que dispongan de esos espacios, y por ello vamos a potenciarlas. Se va a crear la Mesa insular de la pesca, en la que se abordarán todos los problemas.
