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San Bartolomé de Tirajana

Pachá, otra terraza en guerra judicial

El propietario de la discoteca de Playa del Inglés denuncia al exconcejal Jaime Bouzón y su socio por estafa

Afluencia de clientes en cola para entrar a la terraza de la discoteca Pachá en Playa del Inglés. LA PROVINCIA / DLP

A la denuncia del empresario que provocó hace unas semanas el cierre de la terraza Sotavento en Las Palmas de Gran Canaria se suma ahora otra demanda del dueño de la discoteca Pachá de Playa del Inglés por un delito de estafa procesal contra el exconcejal del Partido Popular Jaime Bouzón y su socio Modesto Sánchez. El titular del establecimiento de ocio nocturno aseguró ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial que se trata de un complot entre empresarios, que han sido "eternos rivales" en el enclave sureño, para echarlo del negocio. El Ministerio Fiscal pide una pena de 11 meses de prisión para ambos imputados.

En Playa del Inglés los empresarios que desarrollan actividad en un mismo sector "suelen conocerse". O al menos eso defendió ayer en la Audiencia el propietario de la discoteca Pachá en el Sur, Javier Alonso. Este empresario de la noche de San Bartolomé de Tirajana relató ayer ante la magistrada Yolanda Alcázar la trama de una presunta estafa organizada por dos de sus "competidores " en el centro comercial Plaza de Maspalomas: el antiguo concejal de Turismo Jaime Bouzón y el socio de éste desde 1979, Modesto Sánchez. Según el denunciante, ambos "se pusieron de acuerdo a sus espaldas" con el presidente de la comunidad de propietarios del edificio Maritim, Roland Christ, para "usurparle" su derecho de uso sobre una parte de la terraza comunitaria que da acceso a su local.

Todo comenzó en 2005 cuando Bouzón vendió sus derechos sobre la sala de fiesta a su compañero de negocios, Modesto Sánchez. La explotación de esta terraza, propiedad de la comunidad del Maritim, es subarrendada a su vez al empresario por la entidad Restauración Bimaro S.L, cuyo administrador es el alemán Roland Christ.

En 2008 Sánchez vende el inmueble a Javier Alonso "sin tener conocimiento" a priori, según declaró, de las cargas económicas que pesaban sobre la finca. Cinco años después, el banco embarga las cuentas de Alonso por una deuda que acarreaba el inmueble valorada aproximadamente en 10.000 euros.

A pesar de que la operación se culminó hace 7 años, no fue hasta 2014 cuando se procedió al cambio de domicilio social y nombre del administrador de la discoteca en el registro de la propiedad. "Una falta de diligencia" por parte del actual propietario, según la defensa de Bouzón, ya que la ausencia de este trámite ha obstaculizado de alguna manera que Alonso haya recibido durante este tiempo de forma rigurosa la correspondencia relativa a su propiedad.

En 2010 el contrato de arrendamiento por el uso de la terraza entre Christ y Alonso caduca sin alcanzar un acuerdo para su renovación. Entre otras cuestiones, porque el presidente de la comunidad lleva más de tres décadas "soportando los ruidos" que generan los locales de Plaza, entre ellos Pachá.

Ante la rescisión de contrato y el uso prologado sin autorización de la terraza por parte de Alonso, Christ pide una orden de desahucio del establecimiento. Sin embargo, en su denuncia figuran los nombres de los anteriores propietarios del inmueble y no del actual. "Yo pensé que eran los de siempre, porque si yo fuera un propietario nuevo lo menos que hago es enviar una carta al presidente de la comunidad para presentarme. Y nunca recibí nada de eso", apuntó Christ. Para el demandante esta actitud no deja de ser una estrategia a tres bandas con el fin de arruinarle.

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