Desde la irrupción de los medios digitales, los fenómenos meteorológicos vienen acompañados, además de por lluvias, truenos y centellas, por los bulos, unas 'precipitaciones tóxicas' a veces tan o más peligrosas que la propia situación de emergencia en sí.
Durante la reciente tormenta que afectó a buena parte del archipiélago en la penúltima semana de este otoño, irrumpió una cadena creciente de falsos avisos en la red que no sólo provocó la confusión, cuando no la alarma, sino que distrajo a los servicios de seguridad y medios informativos en medio de un momento de máxima atención.
Esta práctica, que pudiera ser constitutiva de delito si produjera daño personal o material, así como por el uso fraudulento de anagramas y nomenclatura de los organismos del Estado, tuvo su pico en las islas durante la tarde y noche del pasado 24 de octubre, cuando Telde sufría lo peor del aguacero, justo en el mismo momento en el que los equipos de rescate se afanaban, entre otras difíciles emergencias, en liberar a cinco personas de vehículos atrapados.
Pedro Fernández es licenciado en Gestión de Riesgos Medioambientales, comunicador meteorológico, cofundador de www.cazatormentas.net y ponente en multitud de seminarios nacionales sobre la materia.
Según afirma Fernández, y recogiendo las advertencias que sobre este tema lanza la Guardia Civil en esas mismas redes, "la viralización de información falsa que conduzca a una situación grave de alarma pública está penado hasta con penas de prisión", ya que está equiparada a los falsos avisos por bomba, "exactamente igual", subraya.
Fernández añade que en la Península y en Baleares ocurre igual, pero en Canarias "es muy, muy recurrente", y además con un perfil de informaciones muy concreto, ya que desde el momento en el que se producen lluvias intensas, "enseguida aparecen twits hablando de la llegada de un huracán, un ciclón tropical, o similares".
Esto genera, según su propia experiencia, "muchos problemas, tanto a quienes nos tomamos muy en serio la información con rigor, como a quienes tienen que lidiar con las Emergencias y la Protección Civil" al contaminar la información, de tal forma que en determinadas circunstancias es "imposible hacerse una idea de la magnitud del fenómeno".
La misma fuente aporta varias claves para tratar de no caer en el error inducido. "A veces es casi imposible saber que una fotografía aportada en una situación de Fenómeno Meteorológico Adverso, o FMA, es falsa. En ocasiones puedes saberlo precisamente por el mobiliario urbano o edificaciones clave. Otras veces, porque la foto ya la has visto antes. Pero en muchas otras, es casi imposible identificar el bulo, si está bien hecho".
La vecina del quinto
"Y si bien algunos son tan burdos que se caen por su propio peso", añade, "incluso a nosotros como Cazatormentas.Net, nos han colado uno de ellos más de una vez, convirtiéndonos en colaboradores involuntarios. Afortunadamente, nos han avisado a tiempo para rectificar, deshacer el retwit, e informar del bulo. Pero esto mismo les ha ocurrido a otros perfiles de Emergencias y Protección Civil, como los VOST, con quienes colaboramos activamente".
Los VOST (Virtual Operation Support Team) a los que se refiere Fernández son grupos de voluntarios digitales que nacen precisamente para combatir estos falsos avisos. Fundado en 2010 por Jeff Phillips, director de Emergencias de Los Ranchos de Albuquerque, en Estados Unidos. La iniciativa se materializó en 2011 gracias a la colaboración del fabricante de equipos informáticos Dell y la Cruz Roja para crear el que sería el Centro Digital de Operaciones de Emergencias del mundo.
Apenas un año después, tras los incendios de Valencia de 2012 y los consiguientes bulos, uno de los cuales pedía personal con motosierras para combatir el fuego a cinco kilómetros de una central nuclear, se implanta en España. Hoy se encuentra en prácticamente todas las autonomías, como en la Canarias. Y si bien la infalibilidad no existe, han logrado un papel fundamental para cribar la basura que genera en la red, así como para subrayar la información legítima, que también hay que decir es la más abundante.
La recomendación que hace Fernández para aquellas personas que no disponen de tiempo de examinar la información o sin conocimientos en la materia para discernir la veracidad o no de un mensaje o fotografía, es la de recurrir únicamente a cuentas oficiales, o completamente fiables y serias por su prestigio reconocido o por la marca a la que representan, "y nunca de lo que ha dicho la vecina del quinto piso o un colega..."
