Más de 200 vecinos de Las Meleguinas han presentado un escrito en el Ayuntamiento de Santa Brígida en el que denuncian a un particular por estar cerrando con una valla un paso público, con el pretexto de que tiene autorización para cercar provisionalmente la zona mientras pinta la fachada de su casa. El denunciado asegura que cuenta con permiso del Ayuntamiento, aunque este lo niega.
El caso es que los trabajos de pintura ya han concluido, pero el vecino propietario del inmueble pretende, de paso, colocar un vallado de cerramiento que impediría el paso a todas las personas que han usado este camino desde hace más de 150 años. En la noche del miércoles se reunieron los vecinos.
Javier Naranjo solicitó en verano una licencia para pintar la fachada de su casa en Las Meleguinas, lo que suponía hacer un vallado de seguridad mientras duraran los trabajos. La casa está situada en Las Meleguinas, 1, un lugar estratégico para el paso habitual de los vecinos, que se han alertado después de que Naranjo haya mostrado su intención de que el vallado provisional de seguridad se convierta en un cerramiento del paso de viandantes. Él aduce que tiene permiso del Ayuntamiento y hay vecinos que aseguran que el informe técnico de la arquitecta municipal, Ángeles Ley, "es algo ambiguo, lo que ha creado confusión a la hora de interpretarlo. Los vecinos han pasado por ahí desde siempre", señala el concejal de Urbanismo, Eduardo Martín, quien se ha reunido con Naranjo y con el resto de los vecinos demandantes. "En el Ayuntamiento le hemos dicho que no puede vallar porque además de ser una zona pública de paso está situado en un paraje rústico", añade.
De hecho, tres policías locales y dos guardias civiles trataron de convencer durante tres horas a Naranjo el lunes por la tarde de que desistiera de su intención de cerrar el paso ya que había iniciado las obras excavando varios agujeros con un martillo hidráulico. "Nosotros el 29 de octubre le enviamos un escrito en el que le dábamos licencia para pintar y hacer un vallado temporal de seguridad mientras durara el trabajo, pero la licencia era solo para la casa, no para el solar, pero él ha decidido seguir con el martillo para abrir agujeros", señala Martín.
El edil de Urbanismo afirma que Naranjo pareció entrar en razón en un primer momento, pero finalmente ha seguido con las obras. Estefanía Blanco, una de las vecinas que tiene su casa al lado de la de Naranjo, señala junto a otras personas: "Nos hemos quedado asombrados con la desobediencia con la policía, como si el asunto no fuera con él". El vecino denunciado llegó a decir a los agentes: "Vale, por hoy termino, pero mañana sigo. Esto es mío y haré lo que crea conveniente".
