Gran Canaria deberá recortar en un 37% la actual demanda de energía desde ahora a 2050, según advierte un estudio que Greenpeace encargó a la Agencia Espacial Alemana sobre el modelo energético del Archipiélago canario. Pero, para que esto sea posible será necesario ante todo que las familias se impliquen a lo largo de estos treinta y cinco años y empiecen a reducir al máximo el consumo eléctrico en sus casas sustituyendo los pequeños electrodomésticos, incorporando en las azoteas paneles fotovoltaicos para lograr el autoconsumo, y también utilizando lo menos posible el coche privado, que en todo caso, deberá cambiarse por el vehículo eléctrico.

Este es el principal eje sobre que se articula la revolución energética para Canarias que defiende Greenpeace, que apuesta además, porque en esa fecha el cien cien de la demanda se cubra con las renovables, y que fue presentado ayer por el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, las representantes de esta organización ecologista, Marina Bevacqua, y Emily Rochon,y el portavoz de Ben Magec, Eugenio Reyes.

Junto a la concienciación de las familias, también se considera que será clave la actuación en el sector turístico pues deberán adaptar los edificios para que puedan aprovechar la energía solar, y además, incorporar tecnología eficiente para producir calor y frío. Asimismo, en lo que se refiere al sector industrial se da por hecho que tendrá que dejar de utilizar el petróleo, y se recomienda la protección de la producción local para reducir los costes del transporte interior.

Invertir 20.000 millones

Pero, todo esto conlleva realizar inversiones desde ahora hasta 2050 por valor de 20.000 millones de euros, que según el informe de la Agencia Espacial Alemana conllevaría ahorrar 42.000 millones de euros en combustibles fósiles, y también se lograría recortar el coste de generación en 9 céntimos de euros por kilovatio hora.

Precisamente, otra de las claves de este reto energético es que las centrales térmicas de petróleo se sustituyan por energías alternativas sin que durante el proceso de cambio se implanten las centrales de gas. En este sentido, Antonio Morales subrayó que "el gas no puede ser una transición" porque una vez que se instale en Arinaga y en Granadilla, el siguiente paso será colocar gaseoductos para suministrar a la población y a las zonas turísticas, lo que no solo condicionará la utilización de las renovables, sino que será una inversión que no se podrá amortizar.

Asimismo, Marina Becvaqua consideró que este informe es una herramienta ideal para que el Gobierno canario pueda cumplir con el compromiso que adquirió por escrito de cambiar el modelo energético de las Islas, y añadió que, en este momento,"lograr que toda la energía proceda de las renovables es solo una cuestión de voluntad política". También Morales coincidió en la importancia de la implicación de los gobiernos locales en este proceso, si bien dejó claro, que para lograr que la Isla se autoabastezcan de las energías limpias es necesario contar con la colaboración de la población y de las organizaciones ecologistas.

El portavoz de Ben Magec comentó que ayer era un día importante para la Isla, y añadió que ya "debe morir el rey petróleo para dar paso a la república de las energías renovables".