Un buen dron y otras buenas gafas de última tecnología son los dos ingredientes necesarios para disfrutar de una espectacular visita por la villa de Moya desde el aire, con la ventaja de permanecer cómodamente sentado en tierra. La iniciativa, de la empresa canaria Libelusfly, que cuenta con la cerrada colaboración del Ayuntamiento de la localidad norteña, fue presentada hoy lunes por el alcalde Poli Suárez, quién también se dió una gira aérea por los lugares más importantes, e incluso alguno de ellos inaccesibles, sin tener que sacar una tarjeta de embarque.

La idea de Libelusfly es ofrecer vuelos de entre diez a quince minutos, con precios de hasta veinte euros por persona, con rutas que abarcan desde el barranco de Moya a la iglesia de La Candelaria, sobrevolando el centro urbano, o también el yacimiento arqueológico de La Montañeta. Otros itinerarios permitirán admirar los verdes paisajes de Fontanales, casi en la Cumbre, o ya en ella el Monumento Natural de El Montañón Negro. Y, por la banda de costa, el pintoresco barrio de El Roque, El Altillo o El Charco de San Lorenzo.

Suárez asegura que se trata de "un producto innovador a nivel nacional, que nos complace tener en la villa y que nos va a permitir ampliar y dinamizar la oferta turística de nuestro municipio", añadiendo que, "todo lo que es bueno para Moya tenemos que apoyarlo y más si, como en este caso, se trata de jóvenes que quieren apostar por nuestro municipio y colaborar a que Moya y el norte de Gran Canaria sean el referente en innovación turística que demandan los visitantes que llegan a nuestra isla".

Por su parte, Simon Heske, responsable de Libelusfly, situó el origen de esta iniciativa desde hace dos años, "gracias a nuestra experiencia en organizar visitas turísticas y viajes de grupos a Gran Canaria con personas mayores o con alguna discapacidad, que no podían acceder a todos los lugares de interés". De esta forma, añade Heske, "nos animamos a combinar los productos turísticos clásicos con esta nueva experiencia, que permite a todos los visitantes, sin distinción, conocer las tradiciones y la cultura de la zona, desde una óptica diferente y sin generar impacto en la naturaleza".

La misma fuente ofrecía las características del aparato, un DJI Inspire para vuelos profesionales, cuya visión en directo es retransmitida a unas gafas que dan la impresión de un vuelo inmersivo en primera persona. Y de remate, los pasajeros podrán degustar, una vez 'aterrizado', el queso, la miel y la repostería de respeto que ofrece la villa de Moya, y así digerir mejor un vuelo de auténtico vértigo.