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Santa Lucía de Tirajana

El valor de la viuda de Santa Lucía

Una Asociación Cultural del municipio y Los Labradores rinden un homenaje a María Vega Quintana en las fiestas

María Vega Quintana junto a la iglesia parroquial de Santa Lucía y muy cerca de la casa donde vive. SABRINA CEBALLOS

El pueblo de Santa Lucía homenajea hoy a María Vega Quintana, más conocida como Mariquita la Viuda, como apunta su joven vecino Daniel Arencibia, que muchas veces le hace compañía en sus todavía labores en el huerto. "El mismo año que se produjeron los corrimientos de tierra en Rosiana se murió mi marido Antonio [Pérez] por un cáncer de pierna, estando yo embarazada de mi cuarto hijo Manuel", recuerda María Vega, que está a punto de cumplir 90 años.

Natural de Casas Blancas de San Bartolomé de Tirajana, cuando se casó, vivía en Taidi y al morirse su esposo compró una casa "por 500 pesetas que era mucho dinero" cerca de la iglesia. "Dios me ha querido mucho siempre y he podido estar cerquita del templo. Para mí eso ha sido una bendición". Pero, desde sus 29 años María se ha vestido de luto hasta 1978 -22 años- cuando se casó su hija Carmela, su novio le dijo que ya estaba bien de ir siempre vestida de negro.

María Vega tuvo que dedicarse de lleno a criar a sus hijos, aunque durante el curso estuvieron internados sus hijas Carmela y Alicia en una residencia de Arucas y Antonio en la Casa del Niño porque no tenía para alimentarlos. Su madre acogió al más pequeño, Manuel. "Llevaba a dos hijos cogidos y la ropa en un saco en la cabeza hasta el barranco donde lavaba. Pasé muchas penas. Aquellos sí eran trabajos, porque hoy la mayoría de las cosas se hacen de forma automática", apunta esta lúcida anciana.

María Quintana recuerda que iba a misa con sus hijos descalzos desde el barrio de Casas Nuevas hasta la misma iglesia donde se calzaban, porque no teníamos nada más que unos zapatos. También tenía que madrugar para poder estar a las cinco de la mañana en la carretera para coger la guagua que la conducía a Las Palmas y a Arucas a ver a sus hijos.

"Les llevaba almendras tostadas con azúcar porque no tenía otra cosa que darles a mis hijos". Más tarde su hija Carmel se dedicaba a bordar en su casa hasta bien entrada la noche para poder vivir. Mientras, María Quintana ayudaba a los vecinos, quien les daba a cambio papas y otras hortalizas. "Después, yo las cocía o sancochaba y los invitaba a venir a comer a mi casa, que siempre ha estado abierta", expresa satisfecha.

La homenajeada, que tiene doce nietos y diez biznietos, está muy contenta. No es para menos ya que a sus 90 años es autónoma, aunque desde hace unos cinco años dispone de teleasistencia y sus hijos se quedan con ella por la noche. "Los chicos de la Cruz Roja me atienden muy bien", indica señalando el aparato de alerta. Se muestra orgullosa de Santa Lucía: "Mi pueblo es precioso, tranquilo y muy bueno", resalta.

Un ejemplo

"Nuestros mayores del pueblo de Santa Lucía son el claro ejemplo de humanidad, gente humilde que convive en armonía, personas trabajadoras y honradas que no saben negarse cuando se les requiere de su ayuda o implicación, este día para nosotros, los más jóvenes, tiene un significado especial", así lo expresa la secretaria de la Asociación Cultural de las Fiestas de Santa Lucía y de Los Labradoras, Sheila López.

"Mariquita ha sido una mujer entregada, afable, vecina luchadora y siempre activa, de carácter extrovertido, madre coraje de cuyos valores debemos aprender, orgullo de su familia y de vecinos, es por ello por lo que nos complace homenajearla en este día tan simbólico y especial para nuestros mayores", añade Sheila. También para el presidente de la Asociación Cultural Santa Lucía, Francisco García, "Mariquita, que vive cerca de mi casa, es una mujer luchadora, animosa y divertida donde las haya. Muy dialogante y transmite muchas ganas de vivir".

Ambos valoran su entrega en el centro de mayores El Paradero, que le homenajeó también por su colaboración, y a la parroquia. "Estoy deseando que llegue la fiesta, porque así nos vemos la familia y los vecinos", comenta María Quintana, en cuya fiesta también estarán miembros de los clubes de mayores de Sardina del Sur, Doctoral y Vecindario. "Es un acto de los más entrañables de la fiesta", manifiesta Francisco García.

Así esta tarde en el parque urbano de Santa Lucía habrá placa y ramos de flores para la homenajeada, merienda y baile, amenizado por Santa Fe. "Es una mujer que siempre le ha gustado bailar y estrenar cosas en la fiesta", añade su joven vecino Daniel Arencibia.

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