Gritaba "My baby, my baby", (mi niño, mi niño, en inglés) estaba muy agresiva y nerviosa, apenas podía sujetar al niño y, sobre to-do, tenía una gran borrachera. La Fiscalía de Menores decidió este fin de semana tras la intervención de la Policía Nacional retirar la custodia de un bebé de once meses a una madre de origen finlandés de unos 30 años que se hospedaba en un complejo de apartamentos de Maspalomas. El pequeño solo podrá ser devuelto a otro familiar próximo, por lo que se le mantuvo en un centro especializado de Telde.

Es una decisión poco usual, sobre todo fuera de ambientes tóxicos en los que pueden estar implicadas familias desestructuradas, debido en la mayoría de las ocasiones a razones económicas y por adicciones. Sin embargo, las autoridades han actuado con contundencia ante un hecho que puso en peligro a un ser indefenso.

El incidente sucedió en un complejo de la zona turística Maspalomas en la tarde del sábado, cuando un vecino escuchó los gritos de una mujer en el interior de un apartamento próximo y avisó al teléfono de emergencias 091.

Al llegar al lugar varias unidades, la Policía Nacional se encontró a una persona muy alterada, "que sujetaba a un bebé y presentaba evidentes síntomas de intoxicación etílica", según el citado cuerpo policial, que decidió hacerse cargo del pequeño ante el grave peligro en el que se encontraba.

Según ha podido saber este periódico, la madre se encontraba en un apartamento alquilado, y cuando llegaron los policías estaba con ella una persona ajena. Y en un estado fuera de sí, vociferaba en inglés.

La Brigada Local de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Maspalomas puso el caso en conocimiento de la Fiscalía de Menores de Las Palmas, que ordenó el traslado inmediato del bebé de once meses a Santa Rosalía, un centro de acogida inmediata de menores situado en Telde y dependiente del Cabildo de Gran Canaria, para garantizar su atención y protección.

Al mismo tiempo, los funcionarios policiales avisaron a los servicios sanitarios para que atendiera a la madre, que tiene unos 30 años y nacionalidad finlandesa. Esta persona mostraba una gran alteración fruto del consumo abusivo de bebida.

La embajada del país de origen de la madre también fue alertada sobre estos hechos, con el objetivo de que se pusieran en contacto con los familiares para que conocieran lo sucedido. Y, sobre todo, para que se hicieran cargo del niño, al decretarse que se encuentra en situación de desamparo, por lo que en ningún caso se le entregará su hijo a esta mujer, a la que se le retiró la custodia.