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Santa Lucía

Haragán al cochafisco

Palmeras sin podar y barrios que necesitan una fregona llevaron al reo a la hoguera

Conchita Ramírez y Juan Ramírez, ayer con el Haragán de Santa Lucía antes de someterlo al proceso. JUAN CARLOS CASTRO

No pudo ser. Un año más, y ya van 24, el Haragán de Santa Lucía perdió el juicio exprés celebrado ayer noche al filo de las nueve en la plaza pública del pueblo, al ser sentenciado sin piedad alguna en incluso con una pizca de ojeriza por el juez Margarito Ramírez a la pena de hoguera, veredicto que fue ratificado por el jurado popular con 500 votos a favor y 40 en contra, es decir, más votos incluso que personas presentes en la descapotada sala de la localidad.

Hoy, cuando aún huelen sus cenizas por las inmediaciones, siguen resonando los guineos de la parte acusadora, representada por Conchita Ramírez, y los de la defensa, la 'magistrada' Fela López, letrada ésta última que en ocasiones dejó a su cliente con el pompis al aire, lo que habla de la falta de garantías procesales vividas durante esta siniestra velada.

Una sesión que ya comenzó enervando al propio juez, cuando la fiscal y la representante del acusado se empeñaron en darse besos e intercambiarse añoranzas y dichosos los ojos que te ven, e invitando al ilustrísimo Margarito a echarse un pisco de mejunje si no le gustaba el panorama.

El ánimo condenatorio se ilustraba en una hoguera preparada de antemano sin ningún disimulo a la solo le faltaba el rabo de un chisquero para comenzar a arder. Y de nada valieron los argumentos de la defensa de la participación de Haragán en los entretenidos actos del Bicentenario de la fundación del pueblo, con talleres, belingos y exposiciones, para sacarlo de un final que ya jedía a chamusquina.

El abandono de algunos barrios, a los que había que pasarle algo más que una fregona, el estercolero en el perímetro del campo de fútbol, o el reciente incendio, que tuvo que ser apagado con las mangueras de cuatro helicópteros, en las inmediaciones del cementerio a cuenta de una basura descontrolada, hicieron mella en el resultado de cuentas anuales de un Haragán que, aunque de trapo, ya intuía que antes del filo de la madrugada iba a terminar tan vuelta y vuelta como una tapa de ternera.

Sobre todo cuando le echaron en cara que la vieja escuela, que allí se pretende que se convierta en teatrillo y local social, sigue con las paredes desconchadas y que la avenida de Don Vicente luce más baches que una marea con marejada a fuerte marejada. Tampoco el estado de las palmeras "que piden una poda a gritos", iban a ayudar a encarrilar el cochafisco.

Y encima Margarito Ramírez no estaba por comerse el coco. Ni dispuesto a dictar una sentencia cobardica que montara rebolinas en el pueblo, y dirigiéndose al reo condenó al señor Haragán "a que dé con sus huesos en la hoguera". A favor del desgraciado subrayar que durante el proceso del churrasco no dijo ni pío, demostrando que una vez quemado 24 veces ni se siente ni padece.

Aunque tal vez tenga que ver con la hechura de su autor, el artesano Juan Ramírez, al que le dedica un mimo especial desde hace años y que fue también el encargado de escribir las Memorias del Haragán, leídas antes de comenzar el proceso propiamente dicho. Ramírez dedicó este año su discurso de presentación a recordar las pequeñas y grandes historias de la mítica carretera de Los Cuchillos, en un recorrido desde que fue diseñada casi por los propios burros que la transitaban hasta convertirse en la actual vía de tráfico.

En cualquier caso y con la penosa desaparición del Haragán se dan por cerradas las fiestas patronales de Santa Lucía y Los Labradores, que han vivido durante este último fin de semana un maratón de citas con el día de la aceituna, el sábado, que congregó a miles de personas en torno a su feria agroalimentaria y de artesanía, el pasacalles celebrado durante la tarde, el XL Encuentro Folclórico Caldera de Tirajana, en la que actuó como grupo invitado la parranda Aragüaney y la posterior verbena y fuegos artificiales.

No menos flojo estuvo el domingo desde primeras horas de la mañana, con la diana floreada de la Banda de Gran Canaria, la feria de ganado y la tradicional recepción a la Lucía Sueca, entre otros muchos actos.

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