Según cuenta el vecino Emilio García, uno de los impulsores de la puesta en valor de este proyecto, el Molino de Viento del Valle de Mogán con 15 metros de altura, en los que se incluyen las aspas, es uno de los artilugios eólicos de mayores dimensiones de Gran Canaria. Aunque se desconoce la fecha de su construcción, se cree que fue incendiado por un ajuste de cuentas entre un pastor de La Aldea y su propietario en 1870, "ya que Saturdina Hernández, una vecina de la zona que nació en 1888, siempre lo conoció quemado". En 1998 el artesano lanzaroteño Domingo Abreut culminó su restauración. Hoy en día la máquina de moler millo funciona entre los meses de mayo y agosto, que es cuando "el viento es capaz de mover sus aspas". En épocas pasadas, el barranco de Mogán llegó a albergar hasta cinco molinos: una tahona en el pueblo, dos de agua en el valle y una molina en Veneguera. García sueña con poder disfrutar "antes de dejar este mundo" del nuevo centro de interpretación y el museo al aire libre del Molino de Viento. Thaidi Llamas
