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Gáldar

Los títeres dan vida a la Cueva Pintada

Una representación con muñecos acerca la historia de Agáldar al público infantil - Antes de la función, una dinamización pone en contexto a los más pequeños

Un momento de la representación de 'El tesoro del Mocán'. JOSÉ CARLOS GUERRA

Un viaje por Agáldar para toda la familia. El museo y parque arqueológico Cueva Pintada del municipio de Gáldar acogió ayer una representación con títeres a cargo de la compañía Entretíteres de la obra El tesoro del Mocán, a la que asistieron unos 40 niños acompañados por sus padres. Tal y como apunta Marta Macarena Reyes, técnica del museo, el principal objetivo de la actividad es acercar a los pequeños "a la cultura, a la historia y, sobre todo, a los valores", como la amistad o el respeto por el patrimonio.

Antes de dar comienzo la obra, que tuvo lugar al aire libre junto a un anexo del aula didáctica del museo, en la entrada de la Cueva Pintada se procedió a una dinamización e introducción para situar en contexto a los muchachos de lo que iban a ver a continuación.

En la función, de carácter gratuito, se cuenta la historia de amistad entre Arminda y Fernandillo, dos personajes pertenecientes a mundos y culturas diferentes. Inspirada en el libro editado en 2008 escrito por el poeta Pedro Flores e ilustrada por Agustín Casassa, El tesoro del Mocán ha sido desde entonces un instrumento didáctico para el centro museístico, con el que se trata de fomentar el interés de los niños por la sociedad de los primeros pobladores de la Isla.

Durante la representación, además, los chavales aprenden el significado de distintos términos que se utilizaban en el Archipiélago en la antigüedad, como arajelbén -hasta otro día- o Agáldar -el nombre aborigen de Gáldar-.

Asimismo, a Arminda le gusta explicar siempre la importancia que tenía el fruto del mocán para los pobladores de la Gran Canaria prehispánica. "Con las yoyas -frutos- del mocán se puede hacer chacerquén, que es una medicina muy importante para nosotros", destaca la niña de Agáldar, que anima a los chiquillos a conocer y descubrir cómo se vivía en la Isla hace cinco siglos visitando el museo.

Arminda, que se ha convertido en la imagen de la Cueva Pintada, tenía unos 12 años de edad cuando fue entregada a los castellanos como prueba de paz tras la rendición de los últimos canarios que resistían en la fortaleza de Ansite el 29 de abril de 1483. Se trata, por tanto, de un personaje histórico que vivió en primera persona los últimos años de la sociedad prehispánica de Gran Canaria y tuvo acceso directo, como miembro de la élite dirigente de aquella sociedad, al complejo mundo de ritos y símbolos que tiene una de sus máximas expresiones en la Cueva Pintada de Gáldar.

Una vez bautizada, Arminda se casó con un personaje notable de la nueva sociedad y con el nombre de Catalina de Guzmán formó parte de la alta sociedad creada inmediatamente después de la conquista de la Isla. Arminda es un nexo de unión entre ambas sociedades, un ejemplo de adaptación a la nueva realidad social y uno de los ejemplos más claros del carácter sincrético de la sociedad canaria tras la incorporación de Gran Canaria a la corona de Castilla.

En los audiovisuales del centro cultural, de hecho, se nos presenta una Arminda adulta, ya como Catalina de Guzmán, que nos introduce en la sociedad prehispánica rememorando sus vivencias en la Agáldar de antes de la conquista.

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