Juan Lozano, apoderado de la empresa Soslaires Canarias y portavoz de los productores, declaró ayer que la primera consecuencia del decreto de autoconsumo es la paralización de las inversiones previstas en el sector de las renovables y en la propia agricultura, pues el precio del agua se triplicará y "espantará" a los inversores. "El futuro es oscuro para los que ya estamos instalados, pero mucho peor para los que iban a invertir, pues no lo harán en estas condiciones", sostuvo el empresario, quien precisó que las zonas más afectadas están en el norte de la Isla (Agaete, Guía y Gáldar) y en el sureste y sur (Ingenio, Agüimes, Santa Lucía y San Bartolomé). El decreto afecta a unos 7.000 trabajadores e indirectamente a cerca de 20.000 personas. Lozano calculó que adaptar los actuales equipos al decreto de autoconsumo costaría un 60% de lo que ya se invertido, unos dos millones de euros por desaladora. "Eso hace inviable su amortización, por lo que se corre el peligro de que se tengan que cerrar las plantas existentes", dijo. Soslaires, Juliano Bonny y Agragua son las empresa más afectadas. J. Montesdeoca