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Tejeda

La isla de los tres megavolcanes

Cinco equipos de investigación culminan la 'radiografía' geológica de Gran Canaria P El trabajo se adentra en uno de los sistemas volcánicos insulares más antiguos del mundo

La isla de los tres megavolcanes LP / DLP

"Gran Canaria es uno de los pocos lugares del mundo en los que es posible estudiar la raíz de un volcán sin quedar sepultado por una colada de piroclastos". Por este motivo, entre otros muchos, un equipo formado por cinco grupos de investigación, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Instituto Geológico y Minero de España, de la Universidad Complutense de Madrid, el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia de Italia y la Eotvos Lorand University de Hungría, ha buceado tierra adentro en la particular vulcanología de una isla única.

Pero, ¿por qué única? "Cualquier otro lugar del mundo de las mismas características, como Hawái, no sobrevive 15 millones de años", explica el geólogo y uno de los participantes de la investigación Jorge Yepes, de la ULPGC, "porque son puntos calientes que echan lava, se desinflan y vuelven a sumergirse. De hecho varias islas hawaianas ya no existen, y las que existen desaparecerán. Somos distintos: Canarias tiene el privilegio 'divino' de permanecer sobre el agua".

Y todos esos 'anillos' de longevidad que permanecen en el interior insular pueden ser apreciados a cielo abierto, con resultados asombrosos. A lo largo del estudio, que ha sido financiado además de por la ULPGC, por la Fundación Española Para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), se han delimitado los espacios físicos de tres volcanes. El Volcán de Escudo, el de una isla que emerge sobre el agua en los prolegómenos de esos 15 millones de años, cuando aparecían los primeros primates en la Tierra, y sobre el que se erigió después un monumental monstruo de 18 kilómetros de largo por 12 de ancho bautizado como Volcán Fataga.

A pesar del nombre, este edificio que desapareció hace 8,8 millones de años se erigía en el centro de la isla, no en el sur, "y era más grande aún que Las Cañadas del Teide", ilustra Yepes, también un volcán sobre el que se asienta el mayor pico de España. De ese gran cono Fataga existen evidencias que sitúan el eje más largo orientado en dirección este-oeste y el corto de norte a sur, desde La Aldea hasta el barranco de San Bartolomé, abarcando prácticamente toda la isla.

En el club de las bestias

Una isla que no se conformó con eso ya que varios millones de años después se forma un tercero formando una "tarta de bodas", como explica gráficamente Yepes, que es el conocido como el Volcán Roque Nublo. Ahora sí que se arma un edificio volcánico de entre 3.000 y 3.300 metros de altitud, y si bien el geólogo prefiere no hacer cábalas sobre este aspecto, sí lo sitúa por volumen, con unos mil kilómetros cúbicos frente a los poco más de 800 que en la actualidad tiene la isla, en un gigante estratovolcán.

Aunque Yepes prefiere hablar de "muy grande para no abusar de los datos", y para no iniciar litigios. Dimensiones aparte, la verdadera sustancia se encuentra en el hecho de que a pesar de la antigüedad aún queden estos vestigios, muchos perfectamente visibles tanto para expertos como legos en la materia, como el de Los Azulejos, en la carretera que une Mogán con La Aldea de San Nicolás, y parada obligada para los miles de isleños y visitantes que pasan por allí.

Esos colores intensos que basculan entre los azules, ocres y amarillos, "son el borde del gran volcán, que al igual que una copa de un combinado al que se le coloca azúcar en sus paredes para dar sabor y que quedan marcados en el cristal. Ese azúcar, en Los Azulejos, son los gases que han emanado de las fumarolas, impregnándolas y dándoles ese toque de color".

Formando una línea elíptica vuelve a aparecer en la carretera entre La Aldea y Agaete, donde los usuarios de la vía se transportan por parte del borde externo del cráter en puntos como el Andén Verde, y muy cerca de El Risco, con tonos verduscos que delatan su existencia.

También en Los Berrazales, en Agaete, donde por encima del pueblo de San Pedro "se aprecia perfectamente el límite de la caldera del Fataga". El investigador asegura que queda por estudiar las medianías de Moya, Teror y Santa Brígida porque encima de ese volcán "se ha recubierto la tarta con crema de chocolate", en alusión a las sucesivas erupciones.

La misma fuente remarca que "ahora el riesgo volcánico es muy bajo, pero ofrece la posibilidad de pasear por el corazón y por las raíces" de un sistema volcánico antiquísimo, prácticamente el doble de una Tenerife mucho más joven, que convierte a Gran Canaria en una "lugar emblemático, más aún que Hawái, ya que a pesar de que allí se

aprecia más claramente un volcán aquí puedes entrar en sus pilares, en unos barrancos que forman grandes surcos y cuyos tajos, como ocurre en Agaete, enseña sus escarpes. Todo ello porque la isla no se ha hundido, ni se hundirá porque está muy bien anclada".

Lo que sí se hundió fue el tercer y último volcán, el Roque Nublo. Y lo hizo a lo grande.

Explosión tras explosión se fue colapsando, implosionando sobre sí mismo y dejando el Roque Nublo como un testigo de su interior. La catástrofe afectó a todo el Archipiélago, con trozos de su estructura cayendo a quince kilómetros mar adentro. Sus restos se pueden observar en La Librería -la zona de escalada de Ayacata-, en Acusa, en Ayagaures o en puntos tan alejados como Arguineguín o Jinámar.

Pero toda esta ruta de magma solidificado no es solo para especialistas. Dentro de la misma investigación, y como colofón al trabajo, se ha plasmado el resultado en una aplicación para el móvil, Georruta Transgrancanaria, una idea que partió del proyecto de fin de carrera de Bárbara del Castillo, una "canariona muy brillante", sentencia Yepes. La aplicación ofrece recreaciones en 3D como la que ilustra esta página, tres tramos bien definidos que se pueden recorrer a pie y con explicaciones sobre la geología, la flora y fauna de las distintas zonas "gracias al esfuerzo no sólo de los investigadores sino también de unos grandes alumnos" que comenzaron en 2012 y que han logrado, juntos, una herramienta que abre una otra dimensión a una nueva forma de disfrutar Gran Canaria para propios y foráneos.

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