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San Bartolomé de Tirajana

Con la cámara a cuestas

Juan Manuel Arteaga, camarero en un hotel del paseo de Meloneras, se alza con el primer premio del certamen fotográfico Bahía del Pajar

Juan Manuel Arteaga

En sus ratos libres Juan Manuel Arteaga aparca la bandeja del hotel Riu Meloneras en el que trabaja y se pierde por los recovecos del sur de la Isla con uno de sus tesoros más preciados: una cámara de fotografía Canon 50D. Su pasión por inmortalizar atardeceres en el Faro, paisajes o cualquier "objeto susceptible de ser fotografiado" le ha llevado a alzarse la semana pasada con el primer premio del certamen Bahía del Pajar, que otorga en su vigésimo quinta edición el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

La primera vez que este vecino de Vecindario acarició una cámara de fotos tenía solo 14 años. Su madre le había dejado un momento solo en el coche a la espera de la llegada de otros familiares cuando Arteaga disparó el flash a un gato que meneaba la cola cerca de la rueda del vehículo. Años después, el maestro joyero del taller en el que Juan Manuel trabajó una temporada presentó esta instantánea en un concurso de fotografía en La Laguna, Tenerife, y para sorpresa de todos la obra tuvo más repercusión de lo esperado.

Ahora, con 40 años, Arteaga dispone de un equipo propio, una mujer que comparte con él la vida entendida desde un mismo objetivo y una afición, la pesca, que le regala la oportunidad de conocer rincones de la Isla dignos de ser capturados por su Canon.

"Me encantaría dedicarme profesionalmente a esta actividad, pero es muy difícil poder vivir de la fotografía. Por eso aprovecho los ratos libre que me deja el trabajo para evadirme y fotografiar aquellas imágenes, que normalmente solo se encuentran en lugares a los que con el coche no se llega", aseguró el ganador tras enterarse que su obra Atrapado, impresa y entregada el último día en el que acababa el plazo de inscripción del concurso, le había otorgado semejante distinción.

Muchos de los clientes del hotel en el que trabaja Arteaga como camarero no solo ya han sido testigos del trabajo del joven sino también se han llevado a su país de origen alguna muestra impresa.

"Atardeceres, marejadas, edificios, parques...". En fin, aquellos recovecos que son invisibles al ojo humano en la vida cotidiana constituyen algunas de las estampas que ya han volado desde Meloneras al resto de Europa en las maletas de los huéspedes.

Atrapado, por ejemplo, reproduce un gajo de un "árbol típico de las plazas" del Sureste de nombre Pimentero que tras caer en las ranuras de un banco ubicado en el centro médico del Cruce de Arinaga "esperaba" a que Arteaga le "sacara una foto".

Con los 700 euros que este aficionado a la imagen ha conseguido con esta obra imprimirá otros trabajos con la idea de exponerlos en algún enclave sureño. El centro cultural de El Tablero, durante las fiestas en honor a la Santísima Trinidad del mes de mayo, se perfila como el lugar idóneo para exhibir una muestra de temática "minimalista o urbana". Espacios, como la cubierta del centro comercial Varadero de Meloneras, se prestan también a este tipo de iniciativas.

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