Francisco Paco Santana volvió a disfrutar ayer, como los últimos 50 años, de la romería y ofrenda a la Virgen de la Candelaria de las fiestas patronales de Ingenio desde un lugar de privilegio. Sin embargo, no fue detrás de la barra del bar churrería Paco, como casi siempre durante el último medio siglo, sino delante del Ayuntamiento, en la primera fila de sillas de la plaza de la Candelaria frente a las escalinatas de la iglesia homónima, para recibir el homenaje de la carreta de la Murga Sin Ton Ni Son por el quincuagésimo aniversario de su establecimiento.

"Vine para unas fiestas y me quedé", relató Santana Hernández, de 79 años y natural de Las Palmas de Gran Canaria, sentado entre su esposa, Catalina Linita Santana, y su primer empleado, Domingo Sánchez. Por consejo de su mujer, vecina ingeniense y prima hermana, decidió trasladar su churrería de Telde a la villa del sureste durante 1966 y ahí continúa el negocio, justo al lado del templo mariano y ahora en manos de un hijo.

Décimas hasta de Panamá

"Paco es toda una institución, vino cuando no había nadie", subrayó el presidente de la Asociación Coros y Danzas de Ingenio, David Castellano, en pleno trajín para organizar a los verseadores. Por primera vez, la presentación de las trece carretas, todas de colectivos del municipio, se realizó en décima gracias al ingenio de Yeray Rodríguez, responsable de la Asociación de Verseadores Canarios Ochosílabas, y la voz de niños de Ingenio.

"Se acerca la Asociación/ de Caladoras de Ingenio/ al vigésimo decenio/ que cumple la población./ Las caladoras que con/ la tradición en las manos/ vuelven los hilos hermanos/ mientras calan la esperanza/ vienen con una balanza/ y el grupo Los Artesanos", recitó Yurima Pérez, de 9 años y Lomo Juan, "sin nervios" pese a su estreno como verseadora.

Más experiencia, lógica tras casi una quincena de viajes internacionales, exhibió la trovadora Jazmín Muñoz, de 29 años e invitada junto a otros tres artistas de Panamá al X Encuentro de Repentistas Verseando con Ingenio. "Panamá dice presente/ cantándote Virgen bella/ porque eres esa estrella/ de bendición por tu gente./ Mi ofrenda es este torrente/ al igual que mi plegaria/ patrona de Gran Canaria/ de los hombres y mujeres/ bendita bendita eres/ Virgen de la Candelaria", cantó la también maestra centroamericana ("hay que trabajar, la voz no dura toda la vida").

A un lado de la iglesia, la responsable local de Cáritas, Francisca Hernández, controló el almacenamiento de unos 5.000 kilos de alimentos y productos de limpieza, ofrendas a la virgen ayer y donación a 80 familias humildes hoy. "No se notó la crisis, la gente ahora es más solidaria que nunca", alabó Paqui Hernández.

Justo enfrente de los dos vehículos de Cáritas, en la calle Arcedino López Cabrera, muchos romeros continuaron la fiesta, precisamente, en el bar churrería Paco. "El primero con agua, el segundo sin agua y los demás como agua", pronunció un cliente tras beberse, de un trago, un ron blanco.

"Déjame un chismoso", pidió otro parroquiano para que un camarero acercara un ejemplar de LA PROVINCIA/DLP. Entre la decoración con fotos históricas del negocio, cuadros de lucha canaria y una colección de un millar de llaveros ("mi hermano tiene otros 4.000 en casa"), Paco Luis Santana, de 43 años, se mostró "muy orgulloso" del homenaje brindado a su padre.

Soltero todavía pese a su noviazgo de dos decenios, recordó que trabaja en Paco casi desde su nacimiento: "No llegaba al fregadero y me subía en un cajón de cervezas". Tras tanta experiencia profesional, Paco Luis, alias Paco Lee por los horarios del bar churrería (05.00 a 03.00 horas), ya no sufrió ayer por perderse la romería de La Candelaria: "Está más que superado, mi padre me enseñó, la fiesta pasa por aquí".