El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, descartó ayer la incorporación de un nuevo consejero del Podemos a su consejo de gobierno, como le pide la dirección insular de este partido, pero permitirá un nombramiento de los dos solicitados para la comisión de seguimiento del pacto. De momento, un portavoz del vicepresidente Juan Manuel Brito descartaba completamente ayer su fuga del partido ante esta crisis interna, y confiaba en que la Comisión de Garantías Estatales resuelva a su favor.

Sí a la propuesta del ámbito político, y no a las decisiones que le corresponden al presidente. Esta es la respuesta que ha avanzado Morales a la secretaria insular de Podemos, Meri Pita, y que se concretará cuando se celebre la reunión solicitada por este último partido, tras las disputas internas.

Antonio Morales negó pese a todos estos movimientos que la situación de Podemos esté afectando a la gestión dentro del gobierno insular, y señaló que todavía está pendiente de concretarse la reunión solicitada por la dirección insular de Podemos, aunque seguramente no será esta semana por dificultades de agenda.

Discrepancias

Las relaciones entre las dos facciones de Podemos en el Cabildo de Gran Canaria siguen tensas. Las discrepancias se dejaron sentir durante las reuniones en verano para cerrar el actual pacto de gobierno con Nueva Canarias y PSOE. Y se han vuelvo a reproducir con el intento de la dirección insular del grupo político de cambiar a sus portavoces en el tripartito, concediéndole si eso ocurriera el protagonismo el bando oficial formado por los consejeros Ylenia Pulido (consejera de Arquitectura y Vivienda) y Miguel Montero (consejero de Educación), en detrimento del sector crítico, compuesto por el número uno en las listas electorales, Juan Manuel Brito (vicepresidente segundo y consejero de Medio Ambiente) y María Nebot (consejera de Igualdad).

Fuentes próximo a José Manuel Brito manifestaron ayer su esperanza de que el Comité Estatal de Garantías de Podemos resuelva a su favor ante los expedientes disciplinarios a los que se enfrenta. Sin embargo, las mismas fuentes creen que era un asunto que se debía haber aclarado sin dañar la imagen del grupo político, pero niegan una ruptura.