Menos de un año duró el punto de información turística del Cabildo de Gran Canaria en el pico de Bandama. Pese a su reapertura en marzo de 2015 tras un abandono de 16 años, el derrumbe de una ladera a finales del pasado enero, justo bajo la casa mirador y al lado del acceso al búnker, obligó a cerrar las instalaciones del monumento natural y espacio protegido de la capital grancanaria.
La decisión se adoptó por la corporación insular como medida cautelar tras el desprendimiento y así se comunicó a Canarias Sea como empresa concesionaria, con servicio en periodo de prórroga durante enero y febrero tras expirar el contrato a finales de diciembre. "Estamos muy preocupados, se deja de prestar servicio, extraordinariamente útil, en un punto esencial y emblemático", lamentó ayer la consejera de Turismo del Cabildo, Inés Jiménez, que tan solo dispone de "información verbal sobre la extinción del contrato de los trabajadores".
Además, la incidencia geológica, en la cara del pico orientada a la caldera, frena el concurso público para la nueva adjudicación total o parcial de la red de puntos de información turística, con ofertas presentadas por parte de Canarias Sea y otras cuatro empresas, hasta la correcta valoración de los daños y la eventual ejecución de actuaciones en Bandama. Tras obtener en 2012 la cesión por parte de la Dirección General de Patrimonio del Estado, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, corresponde al Cabildo la gestión de un conjunto de la década de 1940, integrado por una casa mirador de estilo neocanario con firma del arquitecto Fermín Suárez Valido y un búnker construido en el marco del Plan Pilgrim como previsión de una posible invasión aliada durante la II Guerra Mundial.
A partir de ahora, la solución depende, en opinión de Jiménez, del próximo encuentro de una mesa técnica con representantes de las áreas insulares con competencia en la zona: Turismo, Medio Ambiente, y Carreteras y Obras Públicas. A falta del informe definitivo, siempre según la también vicepresidenta tercera del Cabildo y presidenta del Patronato de Turismo, el departamento viario no apuesta por un cierre total de la carretera, sino por un acceso limitado con restricción para vehículos pesados como guaguas.
200.000 visitantes anuales
Media docena de vehículos, incluido un camión del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria con una cuadrilla de operarios a bordo para la semanal limpieza del área, se contabilizaron durante una breve visita realizada el pasado jueves.
También se observaron entonces unas barreras plásticas de obra sobre la calzada contigua al desprendimiento, además de mallas y cintas para impedir a una veintena de visitantes el acceso a la escalera del centro de visitantes. No en vano, un artesano con puesto de venta ambulante en el pico de Bandama durante el último lustro señaló el hundimiento del suelo de la terraza de la casa mirador situada sobre la ladera caída.
Alrededor de 200.000 turistas visitan cada año Bandama, según detallaron responsables del Cabildo en la inauguración del punto de información turística a finales del pasado mandato. Durante 2015, la corporación invirtió más de 170.000 euros para la red de 33 miradores de la isla, por lo que el presupuesto para su mantenimiento a lo largo del presente ejercicio se cifró en 50.000 euros por Inés Jiménez al presentar las cuentas de su departamento a finales de noviembre. Quizá la geología descuadre ahora el presupuesto.
