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Análisis Restos fósiles de vertebrados en las Islas

Animales que desaparecieron de Canarias

El registro fósil para el Archipiélago se remonta hasta hace unos 20 millones de años y sirve para determinar la biodiversidad y el clima

Reconstrucción simulada de una rata gigante de Gran Canaria. LP / DLP

La importancia que tiene el registro fósil para las Islas Canarias es más que notable ya que se remonta hasta el origen de las mismas, hace unos 20 millones de años aproximadamente. Constituyen pruebas del pasado que nos sirven para determinar factores como la biodiversidad y el clima de nuestras islas en las diferentes épocas geológicas y su evolución a lo largo del tiempo.

Los restos fósiles de vertebrados terrestres son más bien escasos y la mayor parte de las especies son geológicamente de edad relativamente reciente. Esto es debido a que en Canarias, a consecuencia de la topografía y de las características ambientales predominantes como la aridez, la humedad, la altitud, etc., resulta difícil que se den las adecuadas condiciones para la conservación de restos orgánicos como por ejemplo los huesos.

Los restos más antiguos encontrados pertenecen a un ave gigante extinta de Lanzarote, concretamente en Órzola, la cual mediante estudios comparativos se ha determinado que pertenece al género de los actuales avestruces. Siguiendo esta línea cronológica encontramos grandes tortugas terrestres, similares a las que se encuentran en la actualidad en las Islas Galápagos, con una edad aproximada de 4 millones de años y que poblaron las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife. En esta misma época, lo más llamativo es la presencia en el Mioceno, de serpientes en dos de las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura) de las cuales sólo se han encontrado vertebras y algunas costillas determinando una de ellas como una especie de culebra que vivía en Fuerteventura e identificando a la otra como una boa de arena que habitaba en Lanzarote.

Lagartos gigantes

En los yacimientos más recientes encontramos desde los lagartos gigantes tan característicos de nuestras islas, que alcanzaban tamaños muy superiores a los actuales (llegando al metro y medio de longitud) hasta las ratas gigantes de Gran Canaria y Tenerife, que sobrepasaban un kilo de peso. También se encontró una especie de rata enana perfectamente adaptada a los ecosistemas volcánicos juveniles o malpaíses de las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Todos estos roedores se extinguieron con la llegada de los europeos a las islas, debido a la introducción de especies invasoras como el ratón doméstico y la rata negra; que compitieron por el territorio y el alimento con las especies endémicas terminando por desplazarlas primero y provocando después su extinción.

Los fósiles de estas especies los podemos hallar en diferentes zonas, por ejemplo, en dunas fósiles o paleodunas como las que se encuentran en Órzola (Lanzarote). En este tipo de yacimiento se han encontrado huesos y huevos de aves marinas y terrestres así como de tortugas terrestres gigantes; ya que en su mayoría, constituían zonas de puesta para muchas especies.

Otro de los reservorios más importantes de huesos fósiles de vertebrados terrestres son los tubos o cuevas volcánicas que se forman en el seno de coladas lávicas muy fluidas cuando entra en contacto la parte externa (relativamente más fría) con la interna a unos 800 grados. Entonces se forma un tubo cuyas paredes se endurecen y en su interior la colada de lava sigue fluyendo hasta que cesa, y poco a poco se va depositando en el suelo del tubo solidificándose y dejando en su interior un espacio vacío. Este tipo de yacimiento actúa como trampa de caída para cualquier especie no voladora (reptiles, mamíferos y algunas aves), otras encuentran refugio en el mismo y mueren allí, y una buena parte, son arrastradas al interior del tubo por las lluvias, siendo enterrados en los sedimentos. El tubo volcánico conocido más antiguo es el de Aslobas, en Gran Canaria, con una edad de 14 millones de años. En Fuerteventura encontramos también otro tubo con una antigüedad de casi un millón de años, la conocida Cueva del Llano.

Otros lugares donde se concentran los huesos fósiles se descubren al examinar los cortes estratigráficos producidos naturalmente o artificialmente como por ejemplo para la construcción de carreteras o túneles.

Por último, los barrancos son también una fuente de obtención de restos óseos fósiles, los cuales se van acumulando y concentrando a lo largo de los mismos hasta que al caer lluvias fuertes, lavan las capas más superficiales y arrastran los fósiles.

Un ejemplo de esto, fue la excavación La Aldea'84 que se desarrolló en este tipo de yacimiento fósil en 1984 y concretamente en la desembocadura del barranco de La Aldea, donde existía un pequeño charco de tipo estuario. Los fósiles que se descubrieron en este yacimiento se encontraban en la zona fangosa situada al fondo de dicho charco; el cual ha persistido hasta la actualidad aunque en una ubicación diferente formando el actual Charco de la Aldea, de gran valor etnográfico.

Vertebrados fósiles

Las islas de origen volcánico tienen dos peculiaridades desde el punto de vista de los animales fósiles (extinguidos). En primer lugar, albergaron algunas de las especies más raras del mundo y en segundo, es dificilísimo encontrar sus restos ya que las erupciones volcánicas cubrieron una y otra vez las superficies insulares. La isla de Gran Canaria no es una excepción y por consiguiente los yacimientos paleontológicos son escasos y difíciles de encontrar.

Las especies más modernas se extinguieron a poco de llegar el hombre a nuestra isla, hace unos 2000 años. A este grupo pertenece la rata gigante de Gran Canaria (Canariomys tamarani). Se trataba de una rata de aproximadamente 1 kilo de peso cuyos últimos representantes fueron utilizados como alimento por los aborígenes de Gran Canaria, según parecen indicar los huesos encontrados en la zona del Hormiguero (Santa María de Guía).

Las especies fósiles mas antiguas vivieron hasta hace 2 o 3 millones de años y lo que acabó con ellas fueron las erupciones volcánicas, como es el caso de la tortuga terrestre gigante Geochelone vulcanica extinta por causa de la erupción del Roque Nublo. Su caparazón podía sobrepasar un metro y medio de longitud y pesar hasta 250 kilos. Sus restos fósiles son tan raros de encontrar que solo se conoce un único hueso (fémur) de una pata trasera encontrado por los autores de este artículo en 1985 en Las Palmas de Gran Canaria. También en Gran Canaria se han encontrado huevos de esta especie extinguida que fueron hallados Macau Vilar en la zona de Jinámar en 1956.

Sin embargo, los descubrimientos más importantes están a punto de materializarse. Han pasado ya más de 30 años desde que dimos a conocer el importante hallazgo de un yacimiento paleontológico en la denominada Cueva de los Clérigos (término municipal de Ingenio). Su característica más importante es que la Cueva de los Clérigos consiste en realidad en una pequeña porción de un tubo volcánico cuyo techo ha sufrido un derrumbe. Los tubos volcánicos son muy escasos en Gran Canaria por lo que el conocimiento e investigación del mismo, dentro del contexto geológico insular, aportaría nuevos y valiosos datos de todo tipo. Con una orientación aproximada NO-SE, el tubo discurre a través de coladas basanítico-nefelíticas del Ciclo Post Roque Nublo. La edad estimada de estas coladas es de alrededor de 2 millones de años, estando sus centros emisores localizados en la parte central del edificio insular.

Cuando se descubrió, estaba lleno de sedimentos y en ellos eran muy abundantes los huesos fósiles de lagartos gigantes, ratas gigantes, perenquenes, lisas, aves, etc; que provisionalmente fueron datados por la técnica del Carbono 14 en unos 14.000 años de edad (pleistoceno-holoceno). Estas especies son paleoindicadores climáticos terrestres, cuya comprensión, junto al hecho de disponer de una gran serie temporal de materiales, podría ayudar a desentrañar la evolución climática y ecológica de Canarias. Por ejemplo, descubrimos que todo el territorio que rodeaba a la cueva en varios kilómetros alrededor, constituía un extenso bosque de acebuches, hoy prácticamente desaparecidos de la zona pero que podrían recuperarse con medidas de repoblación. Pero con ser esto ya de por si suficientemente importante, lo más notable es que este tubo volcánico puede albergar en su interior otras especies animales aún desconocidas para la Ciencia. El descubrimiento y la investigación de éste, con una extensión supuesta de varios kilómetros dentro del contexto geológico insular, aportaría nuevos y valiosos datos. Desde su formación hace al menos 2 millones de años, este tubo volcánico ha actuado como trampa de sedimentos, acumulándose en su interior capas de materiales aluviales junto con restos de organismos arrastrados. La acumulación de estos materiales y su estudio nos permitiría disponer de una amplia serie temporal de materiales que nos ayudarían a desentrañar la evolución climática y ecológica de Canarias, así como una parte desconocida e inaccesible durante miles de años, anterior a la presencia humana en la isla.

El mencionado tubo volcánico se encuentra en una parcela privada en el término municipal de Ingenio; el cual engloba seguramente la más importante muestra paleontológica de toda la isla. El Cabildo Insular y el ayuntamiento han sido informados detalladamente y estamos seguros de que en un corto plazo de tiempo logrará los acuerdos necesarios para conseguir llevar a cabo una actuación preliminar que nos permita asegurarnos de su importancia.

Con este fin se ha creado la Asociación Paleontológica de Canarias, Paleocanarias, una organización no lucrativa que pretende dar a conocer la importancia de los restos fósiles encontrados en las islas, así como realizar estudios que garanticen su conservación in situ para las generaciones futuras. Dentro del marco de actuaciones de Paleocanarias se encuentra el Proyecto "Paleontología de la Macaronesia. Espacio Virtual", Pamev; a desarrollar junto con la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y que consiste en la creación de una herramienta virtual de carácter tanto expositivo como práctico para el estudio y la investigación de todo el material fósil que se incluya en el mismo.

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