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Sureste

Silverio Matos: "Muchos trabajamos siendo niños en las fincas del algodón"

El exalcalde repasa las labores de su generación en los años 60 en las fincas de Majadaciega

Silverio Matos, en su finca. LP / DLP

La agricultura en Santa Lucía ha ido cambiando en el último medio siglo como lo muestra que hasta finales de la década de los 60 del pasado siglo se cultivaba en la montaña de Majadaciega algodón, dando paso a invernaderos de plataneras en la zona del cementerio de Vecindario. "Tanto en Santa Lucía como en El Tablero de Maspalomas se producía algodón para exportar y muchos cuando éramos niños trabajábamos en las fincas", señala el exalcalde, Silverio Matos.

Ahora en el municipio solo queda como recuerdo una escultura de dos niños de Víctor Navarro en la plaza de Los Algodoneros de la avenida de Canarias, cerca de los antiguos almacenes de don Bruno. Muchos apuntan que "donde hay escultura desaparece la agricultura". Pero, la crisis del tomate ha hecho que muchas zonas de la costa de Santa Lucía acojan desde hace años invernaderos de plataneras. "La disposición de buena agua depurada o desalada ha permitido que el cultivo de plátanos sea de mejor calidad incluso que la producción del Norte, zona tradicional de plataneras", según Matos.

En tal sentido, si hasta hace dos décadas apenas existían en el Sureste plataneras, en 1999 había plantadas más de 51 hectáreas, unos 51.000 metros cuadrados de este cultivo, de las cuales 27 son del municipio de Santa Lucía, 21 de Ingenio y otras tres hectáreas en Agüimes. En 2007 los cultivos de plataneras se incrementaron un 58,3% al pasar de las 51 a las 120 hectáreas.

En los últimos siete años ha vuelto a aumentar casi un 40 %, ya que, según el Instituto Canarios de Estadística (Istac), en 2014 habían plataneras en 167,5 hectáreas, de las cuales 122 hectáreas están en el municipio de Santa Lucía, 44 en Ingenio y Agüimes solo 1,5 hectáreas la mitad de las que existían hace 15 años. Tal incremento, según algunas cooperativas, se debe también a las mayores ayudas que recibe el plátanos a diferencia de las aportadas a los tomateros, que también han sufrido varias plagas.

Según el Istac en apenas siete años las hectáreas de cultivo de tomates lisos de exportación del Sureste han bajado de 495 hectáreas, equivalentes a 495.000 metros cuadrados, a solo 157 hectáreas, lo que representa una disminución del 68 por ciento, prácticamente un tercio de lo que se plantaba en el año 2007.

Por municipios, l a mayor reducción se ha producido en Agüimes al pasar de 277 hectáreas cultivadas de tomates hace siete años a solo 87,8 hectáreas en la actualidad. También han sido significativas las pérdidas de tomates en Santa Lucía, que han pasado de 141 a 61,9 hectáreas y de 77 a solo 8,5 hectáreas de tomates. La baja producción de tomate ha producido el cierre de varias cooperativas en las últimas décadas.

Además de los tomates lisos de exportación, están los tomates asurcados, que también han experimentado una disminución de zonas de cultivos. La comarca cultivaba en 2007 unas 63 hectáreas de tomates asurcados y en la actualidad 44,5 hectáreas, la mayoría en Santa Lucía de Tirajana y Agüimes.

En cambio, la producción de melones ha experimentado un desarrollo en los siete últimos años, ya que si en 2007 había plantados 11.000 metros cuadrados, en la actualidad se ha duplicado al haber 23.000 metros cuadrados. En Agüimes una superficie de 7.000 metros cuadrados por los 4.000 de hace siete años; en Santa Lucía 15.000, más del doble de hace siete años cuando existía 7.000 metros cuadrados de melones. En Ingenio de no tener nada ha pasado a cultivar 1.000 metros cuadrados de melones.

También se han incrementado las zonas de cereales, al pasar de 24.000 metros cuadrados a 109.000 metros cuadrados, lo que supone cuatriplicar la producción de este cultivo. Otra variante que se está abriendo paso en el Sureste son los invernaderos ecológicos como la experiencia que hubo en Santa Lucía con huertos ecológicos, en los que participaron una quincena de trabajadores que estaban en el paro para dar pasos hacia la agricultura ecológica.

Agua

Por otro lado, las zonas agrícolas de la comarca disponen de agua suficiente para regar sus cultivos y para impulsar este sector primario. Según portavoces de la Mancomunidad del Sureste, con el agua de los pozos, presas, depurada y desalada "no habría problema para hacer frente a nuevos cultivos". En este momento se dispone de 14 millones de metros cúbicos, de los cuales se consumen 12 millones.

La desaladora aporta el 10% y la depuradora el 15% del agua de regadío, lo que representa una cuarta parte del agua consumida. En tal sentido la Mancomunidad podría destinar más líquido si fuera necesario para la agricultura.

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