La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Samuel Vera.

"Tengo suerte por pertenecer en el Sur a la generación con acceso a la cultura"

"La obra trata en clave de humor la influencia de las marcas comerciales sobre los contenidos culturales", indica el ganador del concurso de guión de Teatro Mínimo

El joven Samuel Vera, ayer en Maspalomas. LA PROVINCIA / DLP

De los 13 trabajos presentados al Concurso de Guiones de Teatro Mínimo, que promueve la red de bibliotecas municipales, su obra fue la que mayor interés suscitó entre los miembros del jurado. Ya de por sí el nombre, Don Quijote de la marca

La verdad es que no esperaba ganar, solo me presenté al concurso con el fin de aportar mi granito de arena a este tipo de iniciativas, tan necesarias y a la vez tan escasas en los tiempos que corren. Lo importante es que la gente continúe participando en actividades culturales, para así garantizar entre todos la celebración de próximas ediciones.

En esta ocasión el concurso ha querido rendir homenaje a Miguel de Cervantes, ya que el próximo 22 de abril se cumplen cuatro siglos de su muerte. ¿En su obra continúa el hidalgo cabalgando entre los molinos de La Mancha?

Acabo los cinco folios del texto con el fragmento en el que Don Quijote camina junto a Sancho Panza entre los molinos, pero en esta ocasión los molinos no se ubican en La Mancha sino en Arinaga. Sin embargo, la obra se desarrolla principalmente en una imprenta, a la que Cervantes acude para reproducir su obra a pesar de los problemas financieros que ha tenido que afrontar.

Eso explica la adaptación del título de la obra.

Exacto, Cervantes se encuentra con la necesidad de costear la obra con publicidad encubierta ante la falta de subvención del Estado. En concreto, recurre a la compañía de Las Indias Occidentales, una multinacional holandesa que se dedicaba al comercio entre América y Europa en la Edad Moderna. Se trata de un diálogo que transmite en clave de humor una crítica al consumismo del capitalismo y a la manera en que las marcas comerciales influyen en los contenidos culturales que llegan a la sociedad.

¿Considera que más que las marcas es el Estado el que debe apoyar el consumo de productos culturales?

Sí, porque de esta manera se incentiva sin ningún tipo de interés particular una oferta cultural a la que todos puedan tener acceso. El Estado podría contribuir, con la bajada de tributos por ejemplo, a la difusión de muchas actividades culturales, como conciertos u obras de teatro. O, simplemente, con el apoyo a investigaciones de temas que son importantes en la historia de un pueblo. Aquí, en Maspalomas, antes de la llegada de los turistas la gente vivía de la agricultura. Y esa información sin apoyo institucional es difícil que llegue a las nuevas generaciones, por ejemplo.

Es usted graduado en Historia. ¿Ha conocido la evolución del municipio a través de los libros o por sus antepasados?

Por ambas cosas. Mis abuelos y tíos se dedicaron al cultivo en la zona de Arteaga. Como muchas otras familias trabajaron en los tomateros. Ellos no pudieron acabar sus estudios básicos, ya que vivieron una época muy distinta a la actual. Es por eso por lo que les dedico el premio, ya que creo que tengo mucha suerte por pertenecer a la generación del Sur que ha tenido acceso a la cultura.

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