Centenares de visitantes se desplazaron desde el jueves a la cumbre grancanaria para disfrutar de la nieve y otros miles seguirán sus pasos durante el fin de semana y más allá, hasta que el aumento de la temperatura funda los copos. Sin embargo, algunos privilegiados pudieron contemplar el espectáculo en primera fila sin salir de casa, como el cumbrero Francisco Sarmiento.

De 64 años y poblada barba, Pancho Sarmiento reside desde el inicio de la década de los ochenta del siglo pasado en una casa de paredes blancas situada por encima del cruce de Aríñez, en el termino municipal de la Vega de San Mateo. Al mediodía de ayer se asomaba a la puerta verde de la vivienda para contemplar el desfile interminable de peatones sobre la carretera GC-15, cortada al tráfico anteayer en el marco del Plan de Emergencias Insular del Cabildo de Gran Canaria, rumbo a la Cruz de Tejeda.

"Es una situación excepcional, porque ya llevábamos dos años que no caía nada", recordó desde el umbral. "Es una buena noticia, llevamos un invierno seco y cálido, total, ya se estaba secando la hierba y ahora apareció esto", señaló, sonriente, en plena nevada, que continuó durante toda la jornada en la cumbre sin apenas descansos.

Y la alegría mostrada se justifica de sobra, bastante más que el alborozo de miles de grancanarios y extranjeros por el espectáculo sensitivo de la estampa invernal, ya que Pancho Sarmiento se dedica a la ganadería. Aunque "los proverbios están casi todo jodidos, dicen que año de nieves, año de bienes", apuntó.

En su opinión, "agua de momento habrá, esto empapa la tierra y ahora volverá a salir la hierba otra vez". Por tanto, el pastor dispondrá de hierba suficiente para alimentar a su medio centenar de cabras, una treintena ya adultas, refugiadas en un corral anexo a su casa desde el inicio del temporal de lluvia, nieve y viento en el Archipiélago.

Además, los beneficios por un invierno húmedo no se limitan a la fácil alimentación de los animales, sino que se trasladan en cadena a la producción de leche y elaboración de queso, cuya venta supone el principal recurso económico del pastor cumbrero. "El sabor del queso depende de lo que los animales comen, así que si hay mejor hierba, puede ser más cremoso", concluyó. Ya se ansía, por tanto, el deshielo para saborear el queso níveo de Pancho Sarmiento.