Entre un mes y medio y dos meses. Este es el periodo de tiempo que tendrán que sufrir los vecinos y trabajadores de La Aldea el cierre de la carretera (GC-200), tras el desplome de un muro exterior de 25 metros en las inmediaciones del barrio de El Risco, en Agaete, que ocasionó la tarde del miércoles el hundimiento de la calzada.

Los operarios del Cabildo de Gran Canaria colocaban vallas en la mañana de ayer a ambos lados para impedir que cualquier conductor pudiera tomar la arriesgada decisión de cruzar al otro lado usando el carril interior que, en apariencia, se encuentra firme. El problema se va a alargar en el tiempo, aunque el consejero insular de Obras Públicas, Ángel Víctor Torres, anunció ayer que la reconstrucción se adjudicará posiblemente hoy por la vía de urgencia, por lo cual confiaba en que la empresa a la que se le entregue el proyecto empiece a trabajar este mismo lunes en el lugar.

Una de las alternativas que barajan es concedérsela por su premura a alguna de las empresas de la Unión Temporal de Empresas (UTE) de la nueva autovía, ya que cuentan con la maquinaria en la zona y la disponibilidad de hormigón, que se usará para rellenar la base. Hay que tener en cuenta que el problema se originó al ceder la tierra sobre la que se apoyaba el muro de hormigón de cinco metros de altura por las últimas lluvias, desplazándose toda la estructura construida hace décadas. No en vano, en el interior se puede ver que el soporte está construido a base de grandes callaos y tierra. Hay vecinos que también apuntaban ayer que el paso de camiones de gran tonelaje para los nuevos túneles puede haber resentido esta antigua vía.

El Cabildo estima que la carretera continuará cerrada entre un mes y medio y dos meses, si bien es posible que el plazo pueda reducirse hasta quedar en un mes, si se firma hoy el papeleo y no surgen contratiempos posteriores.

De momento, el cierre de esta carretera ha supuesto ya las primeras adversidades de la contrata que ejecuta la nueva autovía y sus túneles, ya que los trabajadores que venían por el Norte se vieron obligados a dejar sus coches en El Risco, y desde allí distintos vehículos se encargaron de trasladarlos a pie de obra, según apuntaban los vecinos. A esto se suma que la maquinaria tiene que enviarse por el Sur, puesto que algunas empresas contratadas tienen sus bases de operaciones en el Norte, y que muchas personas tuvieron que recurrir a vías alternativas para ir a trabajar o para otros menesteres, con lo que supuso eso en la pérdida de tiempo y dinero.

El hundimiento de la vía por las filtraciones de agua se produjo sobre las siete de la tarde del miércoles. Al registrarse cuando ya se perdía la luz natural, vecinos de los alrededores se apresuraron a alertar a los automovilistas, colocando piedras para evitar un accidente. Algunos de los coches se atrevieron a pasar por el interior, hasta que el personal de Carreteras terminó por impedir el paso.

La zona afectada se encuentra a 500 metros de El Risco en dirección a La Aldea. Y, aunque el muro afectado tiene 25 metros de longitud y cuatro de altura, se acordonó una amplia franja de seguridad a ambos lados. Se da la circunstancia de que, incluso con la nueva autovía abierta, el tráfico se hubiera tenido que cerrar, ya que el enlace entre esta vía y la nueva carretera se encuentra a unos 900 metros de distancia del lugar, pasado el citado pueblo de Agaete. Sólo la segunda fase, sin financiación todavía, hubiese evitado este cierre.

El coste de los trabajos se estima en 200.000 euros, que serán aportados por el Cabildo, según Torres, si bien está prevista una reunión con la consejera regional Ornella Chacón para buscar soluciones.

El alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, reclamó ayer la mayor celeridad a esta actuación. Entre las propuestas temporales que se barajan para aminorar su afección está la de habilitar un transbordo del transporte público en este punto. Es decir, que la guagua que vaya de La Aldea pueda recoger allí a los conductores que llegan hasta El Risco por el Norte. Y luego dé la vuelta y regrese al lugar de partida. El consejero reconoció la dificultad de esta media, por cuanto los pasajeros tendrán que atravesar la obra. Si bien apuntó que todavía no se ha estudiado, porque la prioridad es iniciar la obra. Vecinos de la zona manifestaban ayer que esto sólo supondría unos minutos, por lo que podría ser una opción, teniendo en cuenta también que el Ayuntamiento de Agaete dispuso taxis cuando se cerró la carretera por las lluvias la semana pasada.

Tomás Pérez añade que la opción de abrir una vía provisional en la falda de la montaña interior del tramo desplomado es también complicada, porque hay una malla para evitar desprendimientos.

De momento, el alcalde cree que sí será posible trasladar al hospital de Meloneras, en San Bartolomé de Tirajana, por Mogán, a los pacientes que tienen ahora que acudir en ambulancia al ambulatorio de Gáldar, como ya hizo antes el Servicio Canario de Salud.

El alcalde señala que el retraso en la constitución del Gobierno de España está suponiendo un lastre para firmar el nuevo Convenio de Carreteras, y comenzar a trabajar en el proyecto de la segunda fase de la autovía, que ya está catalogada como prioritaria por el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria. Esta será la única solución para este problema, y otros muchos que se reproducen cada cierto tiempo en el trazado actual. No en vano, en estos meses de invierno está cerrado el paso a motos, bicicletas y grandes guaguas entre Agaete y La Aldea, por razones de seguridad.

El problema también afecta a los turistas. El cartel informativo del cruce de Agaete que comunica el cierre de la vía les coge desprevenidos a medio camino con La Aldea, ya que sólo está en español y por el desconocimiento real de los puntos kilométricos afectados, por lo que tienen que dar media vuelta.

"Si aquí hubiera hoteles de cinco estrellas, seguro que se daban prisa", asegura un vecino de El Risco, que exigió una reunión urgentes de todas las partes para encontrar alternativas y agilizar las obras de la primera, en obras, y segunda fase de la autovía, que está sin financiación todavía. La vecina Silvana Perdomo expresó con vehemencia que este nuevo cierre supone un duro golpe para el barrio. Y señala que la apertura de la carretera es una necesidad imperiosa para los vecinos, que sufren cada cierto tiempo el cierre por desprendimientos y las restricciones actuales de paso.

Mientras, el Cabildo anunció ayer que reabrirá este fin de semana su red de áreas recreativas públicas, tras el cierre la semana pasada por la nieve y las lluvias.