No por esperado resulta menos doloroso vivir el momento en que, confirmándose lo que hace varios meses nos habían anunciado, Lin inicia el camino que todos algún día hemos de emprender.

Fue un ejemplo en la vida y lo ha sido también en su despedida, con una dignidad y entereza que nos asombraba, supo transitar sus últimos días con fidelidad a sus sólidos principios humanistas, dando las gracias, aun sin merecerlas, a los que hasta él se acercaban cuando eran ellos los que le estaban muy agradecidos, y procurando facilitar el trance a los suyos, a su familia, y a sus amigos, porque los deberes propios de las vísperas de su partida -que asumió cuando lo supo con una naturalidad que no se puede describir con palabras capaces de hacer justicia a la grandeza de sus gestos- los tenía muy bien hechos.

Una vez más, los sujetos de sus desvelos, en tan definitivos días, eran los demás y no él mismo.

Después de muchos años de intensa y eficiente actividad profesional directiva en una empresa de transportes, líder y referente en la economía social, le llegó la etapa jubilar que, contando ya con más tiempo, supo aprovechar para cultivar aficiones y pasiones latentes, redoblando la dedicación a la lectura, la investigación, la naturaleza y a la escritura dejando testimonio del humanista convencido que fue en su blog 'Gabrieleando', desde septiembre de 2010, repleto de cálido y profundo contenido.

También destacó su compromiso político durante una etapa de su vida como militante socialista, formando parte, así como su hermano Bernardo, Tano, de una saga de dirigentes históricos que dejaron huella de su entrega, rectitud y bonhomía.

Rendir el merecido homenaje a un hombre y amigo tan singular, sin caer en tópicos, no es tarea fácil, pero consciente de que él no me perdonaría que me excediera en elogios -que siempre quedarían muy cortos para lo que me sale del alma por elemental justicia- opto por la parquedad acorde con su natural discreto y modesto, no sin antes mirar hacia arriba para consolarme y animar a consolarnos con su ejemplar estela que marca el camino emprendido por un esposo, padre, hermano y ciudadano cabal cuyo imperecedero recuerdo siempre estará presente iluminando la vida a los que todavía por aquí seguimos viendo pasar el tiempo desde el occidente, confortados por su gratificante memoria.

Desde aquí reciban su esposa, María Teresa, y sus hijos Gabriel, Carlos y Fernando, un abrazo entrañable desde el convencimiento de que tal como nos sucede a los amigos, sentirán con orgullo ser quienes son, con la misma satisfacción que siente Lin desde las estrellas, por haber dejado aquí un trabajo bien hecho, en el sentido más amplio de la expresión.

Gabriel Navarro Valdivielso falleció ayer en Las Palmas de Gran Canaria, a los 64 años. Fue dirigente del PSOE canario y directivo de la empresa Salcai y Global. Sus restos mortales están siendo velados en el Tanatorio San Miguel, en la urbanización Las Torres de la capital grancanaria.