La presencia de termitas en las vigas de madera del interior del Faro de Maspalomas ha retrasado la puesta en marcha del proyecto insular, que planea convertir el edificio en un museo etnográfico. La consejera de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo de Gran Canaria, Minerva Alonso, negocia en estos momentos con la constructora San José la modificación del boceto ante la aparición de este imprevisto. El objetivo es "abrir las puertas" del monumento a "vecinos y visitantes lo antes posible", sin embargo, la voluntad política "dependerá" en gran medida de los nuevos informes que emita Intervención y Arquitectura tras la detección de insectos en el mobiliario de la torreta. Además, Alonso deberá sentarse a posteriori con la concesionaria de la obra para negociar si acepta o no los cambios que ha sufrido la iniciativa. La entidad insular ha optado por aplicar un tratamiento "preventivo y curativo" a las maderas afectadas, que "no supondrá coste adicional" al proyecto. El presupuesto que asignó este año el Cabildo a la rehabilitación del edificio que diseñó Juan León y Castillo en 1890 asciende a casi dos millones de euros.