No es un grupo folclórico clásico. A diferencia de los colectivos tradicionales, su principal reto es educar desde muy pequeños a los niños, compaginando el aprendizaje de las notas musicales a través de clases de solfeo, con el toque de la bandurria, la guitarra, el laúd, el timple y la flauta, junto al baile y el canto. Esto les hace tan especiales, logrando que los benjamines se adentren en la cultural popular canaria. De esta forma, muchos de los 500 niños que han seguido su plan de formación han optado por continuar con sus carreras musicales en el Conservatorio Superior, ser profesores especializados en institutos, entrar en la Banda de Música de Gáldar y formar parte de otras muchas agrupaciones y parrandas de fiestas.
La rondalla cuenta en la actualidad con 35 niños de la comarca Norte de Gran Canaria. Y han tenido componentes de apenas tres años, llegando hasta los 30 años la más veterana. Como ejemplo de esta precocidad y permanencia, señalan que uno de sus actuales músicos comenzó con cinco años y hoy tiene 22.
La política formativa de Harimaguadas a través de la partitura facilita a los niños el conocimiento de los distintos instrumento. De ahí que sea habitual ver a algún pequeño de siete u ocho años dándole a la bandurria, con la misma facilidad que si estuvieran con un juguete en las manos, y al poco tiempo tocar el timple.
Además, trabajar con la flauta les acerca a la actividad escolar, ya que esta es una pieza muy habitual en la metodología de aprendizaje en las aulas.
En su repertorio aparece toda nuestra música popular, profundizando especialmente en la canción sudamericana, los boleros, la habanera y alguna ranchera, que llevan a las múltiples romerías en las que participan.
Para llegar al origen de Harimaguadas hay que buscar el nombre de Santiago Machín Pérez. En los años 70 San Isidro contaba con una rondalla infantil, que reunía a numerosos niños de los alrededores del barrio. Pero, cuando muchos de ellos se hicieron mayores, desapareció.
A pesar de no saber solfeo, Santiago recibió el ánimo del Ayuntamiento para enseñar bajo este método de aprendizaje en el barrio y en Gáldar, fundando varias agrupaciones musicales: Rondalla Infantil Femenina San Isidro (ya desaparecida y primera en el barrio de San Isidro), y la A.F. Santa Cecilia, hasta que se fundó en 1976 la Agrupación Folklórica Harimaguadas, que ha sobrevivido hasta nuestros días, llegando a alcanzar el medio centenar de folcloristas en algunos momentos de su historia.
Santiaguito, como era conocido, fue nombrado por toda esta labor Hijo Adoptivo de Gáldar, y tras su fallecimiento se hizo cargo de la dirección de la Agrupación su hija Cecilia Machín, la actual directora, que cumple 33 años guiando los destinos del grupo. Además, entre los monitores ha contado con sus dos hijas, Macarena y Almudena, formadas en el Conservatorio Superior de Las Palmas. La rondalla ha llevado su música por buena parte de las Islas, sintiéndose también orgullosa de haber sido partícipe de la Romería de la Virgen del Pino en Teror en representación de su municipio en distintas etapas, en los años 80 y en la actual década. Pero también de haber viajado a La Gomera o Fuerteventura, entre otros rincones.
Y, según sus responsables, su gran apuesta de futuro será la grabación de un disco recopilatorio de sus principales temas, aunque para ello tienen que sumar el dinero necesario para sufragar su coste. De momento, sus componentes ensayan desde hace tres años en dependencias del Club Deportivo San Isidro, ya que carecen de un centro propio.
Harimaguadas ha formado durante estas cuatro décadas a más de 500 años, y quiere celebrarlo con el público. La Agrupación Folklórica conmemora este sábado los 40 años de su fundación con un espectáculo musical familiar con entrada gratuita en el Centro Cultural Guaires del casco de Gáldar, a las 20 horas. El acto lleva por título Viaje musical por la niñez.
El espectáculo dura 90 minutos, "con un recorrido musical por la infancia a través de los tiempos", según sus organizadores.
