El gobierno insular de Antonio Morales se aseguró un lleno en el Auditorio Alfredo Kraus para que los premiados recibieran el merecido aplauso de los grancanarios. Solo quedaron vacías algunas butacas de las primeras filas, donde la presencia del Gobierno de Canarias quedó reducida a los consejeros Pedro Ortega y Ornella Chacón. El Parlamento de Canarias estuvo representando por su presidenta, Carolina Darias, y también asistieron un buen puñado de alcaldes, no todos, con el capitalino Augusto Hidalgo a la cabeza.

Las ausencias más visibles fueron las del mundo empresarial, sin que nadie supiera explicar si se debió a las rencillas de esta última semana entre Morales y los miembros del Círculo de Empresarios. Solo el veterano José Sánchez Rodríguez, presidente de JSP, se hizo notar en las primeras filas, sentado junto al líder de NC, Román Rodríguez, y algunos consejeros del Cabildo, pues tampoco acudieron los 29 que forman la corporación. En las butacas de los invitados se sentaron el rector de la ULPGC, José Regidor; el presidente del Consejo Económico y Social, Fernando Redondo, y las autoridades militares, pero no estaban los presidentes de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, ni los de las principales patronales.

El protagonismo no era ayer de los que ostentan el poder, llámese gobierno o patronal, sino más bien entre quienes lo combaten o son proclives a romper las normas, como Miren Koldobike Velasco, que acudió con uniforme de manifestante y mostró un cartel bien explícito: La OTAN que coja la maleta. Bienvenidas las refugiadas.

Antonio González Viéitez, en silla de ruedas tras superar un cáncer, puso a todo el público en pie al recoger su galardón, como ocurrió después con los hijos de Mara González y Adolfo Santana, dos periodistas que no superaron esa enfermedad. También fueron especialmente aplaudidos los médicos Hani Mhaidli y Luis Mateo López Rivero, pues han llevado su profesión allí donde se necesita, bien sea en los hospitales de Nueva York tras los atentados del 11-S o en las selvas de África. A todos ellos se refirió González Viéitez cuando invitó a los grancanarios a lanzar "nuevas arremetidas" para cambiar el mundo.

El presidente Antonio Morales rehuyó en su discurso las polémicas recientes con el Gobierno autónomo y los empresarios, pero lanzó algunos avisos a navegantes. "Gran Canaria es decisiva para un Archipiélago avanzado, ilustrado y moderno; no entendemos a Canarias en clave de hegemonía, pero tampoco de sumisión o de resignación", apuntó. También se mostró firme en los objetivos de su gobierno progresista: "Nada ni nadie, más allá de nuestra obligación con la ciudadanía, nos va a marcar el paso; nos guía la soberanía de la decisión ciudadana".